miércoles, 7 de junio de 2006

Carta a la Cuenca Minera del Río Tinto


Querida cuenca minera: soy hijo, hermano, descendiente de mineros de toda la vida; algunos me conocen y si no, me presento muy sucintamente porque me dá que ésta no va a ser la última que os dirija.
Nací en la cuenca, jugué al fútbol en los juveniles del Riotinto, después en regional con el Nerva, algunos amistosos con El Campillo y muchos de competición en el Zalamea. Emigrante a Cataluña, Sevilla, Huelva..., hasta volver a pisar tus calles nuevamente.
Queridas amigas y amigos, como familiares directos que somos y nos sentimos, quiero compartir mis alegrías y mis zozobras con todos ustedes.
Uno se alegra de ser de aquí, de decir manguara, cucha, contramina, vagoneta, cuna del fútbol español (me refiero a nuestro Riotinto Balompié), malacate, tierra de artistas, cipreses, dólmenes, teleras y chimenea de pirita.
En cambio uno sufre y se desgarra por dentro viendo cómo, después de casi treinta años gobernados por un partido supuestamente socialista: la marginación, el paro, empleos basura, la droga, el vertedero de residuos tóxicos y peligrosos, el desencanto, discriminaciones e ineptitudes de una mancomunidad en bancarrota; la huida de los jóvenes de la tierra que les vio nacer, las prácticas caciquiles y semifeudales que se rememoran en “El corazón de la tierra” de nuestro genial paisano Cobos Wilkins, es el pan nuestro de cada día.
Falta un año para renovar a nuestros dirigentes. Falta un año para que la esperanza en un cambio efectivo se lleve a cabo.
Y la renovación se debe hacer sin acritud. La vieja política neocaciquil que nos ha dirigido hasta ahora ha cumplido un ciclo, está agotada, en un principio hicieron lo que buenamente podían pero ya tan sólo piensa en sí misma, en colocarse y enchufar a familiares y compañeros de partido.
Pero esta vez tenemos que ir en serio: por muchas promesas que hagan, vamos a dejarles en el banquillo, en la reserva, yo os aseguro que, como ha pasado en Zalamea, cuando se ven en la oposición trabajan algo, mientras están chupando de la teta no dan ni golpe (salvo a los sueldazos que se ponen, que eso sí que es un golpe bajo a los pensionistas en particular y los trabajadores y parados de la zona en general. De nuevo tratarán de engatusarnos con promesas a olvidar en cuanto pasen las elecciones. Falta un año, es tiempo de reflexión suficiente para pensar que “Otra Cuenca Minera es posible”.
Un abrazo fraternal para todos, incluidos a los que se sientan molestos con mis palabras, pero es un deber moral que mamé desde muy niño, cuando en “su fragua” de Filón Planes, mi padre -maestro herrero- me enseñó a pensar como pienso.

Vicente Toti / Pintor