Después del triunfo de este domingo se me entremezclan sentimientos contrarios, por un lado la tremenda alegría de ver a mí equipo, jugando un fútbol de altura, de quilates, ganando el partido de forma clara y contundente, y por otro la tristeza de ver como se va uno de los más grandes jugadores que he conocido, José Javier.
Quiero que me permita tener una pequeña esperanza de verlo con la zamarra roja y su brazalete de capitán una vez más.
Ha sido de esos jugadores que ha calado hondo entre todos sus compañeros, entrenadores e incluso rivales y seguro que todo aquel que tenga la fortuna de conocerlo.
Éste domingo jugó su último partido con el Zalamea, he tenido la suerte de poder seguir toda su trayectoria en este equipo, desde un principio cuando jugaba en banda derecha o incluso de delantero, hasta que fue retrasando su posición a la actual, la de central.
Ha sido un central fuerte, seguro, expeditivo, con anticipación, con contundencia, de lo mejor de la categoría en la última década, un jugador ejemplar por su sencillez al hacer las cosas, por su carisma, su entrega, no sé como siempre se llevaba todos los golpes, pero ahí seguía, en pie, sin una queja, continuaba jugando hasta el final.
Ejemplo de valentía, de coraje, me dejas un vacío, que aunque como amigo y familiar que eres, no es tal, porque siempre sé que contaré contigo, pensar en un Zalamea sin ti, durante mucho tiempo me seguirá faltando algo, MÍ CAPITÁN.
Aquí lo dejo, que se me inundan los ojos y se me está haciendo un nudo en la garganta recordando tantos momentos vividos, en los partidos, antes, después, los viajes, recordando la de veces que por desgracia te has lesionado, y sin embargo seguías en pie, jugando a veces con dolor o molestias e igualmente lo dabas todo, por eso no tengo ninguna duda de que encararás este partido como siempre con la cabeza bien alta, con optimismo y con la confianza de que todo saldrá bien.
Mucha suerte.
Juan Domínguez Lazo