El Zalamea cae frente Valdelamusa 0-1 en un partido tedioso y fruto del infortunio, que en tantas ocasiones le ha jugado una mala pasada a lo largo de la temporada, sobre todo con los de la parte alta de la tabla. Portu y Pablo fueron expulsados con roja directa y Jesús anotó en propia puerta.
A falta de la disputa de dos encuentros, uno de ellos el suspendido el 1 de febrero frente al Fuenteheridos y otro frente a El Campillo en la matinal del Jueves Santo, el Zalamea concluye un año, que podría denominarse, de transición. Hay que estimar varios aspectos que han condicionado el devenir del equipo rojillo en esta temporada cuyo principal escoyo ha sido sobrellevar el destierro al Valero Rojas por las obras en Perea Anta.
Un año donde Juanma ha tenido que bregar con una plaga de lesiones sin precedentes, y la elaboración de las litas para completar los equipos ha sido una tarea difícil a lo largo de muchas jornadas. Por otra parte la marcha de Rubén al Dos Hermanas, pese a la vuelta de Pablo Matilla, también trastocó en demasía el organigrama ofensivo del equipo. Pese a todo, la temporada no ha sido del todo mala y en muchos encuentros el equipo entrenado por Juanma ha brillado a gran altura, sobre todo en los encuentros disputados con los equipos de la parte alta de la clasificación.
El choque frente al Valdelamusa disputado en el Valero Rojas este domingo se convirtió a los pocos minutos del pitido inicial en un encuentro tedioso y condicionado por un mal arbitraje, que no supo cortar las acciones bruscas del principio. Así las cosas llegó la jugada donde expulsó de una misma tacada a un jugador rival y a Pablo Matilla por un ensalzamiento tras la disputa de un balón. Se podría haber resuelto de otra manera, pero se ve, que el trencilla, algo crecido, quería el protagonismo y tras esta acción se tomó atribuciones que no le correspondían.
El juego desapareció por completo y los equipos se limitaron a defender ordenadamente sus retaguardias para no pasar apuros. En la primera parte no se produjeron ocasiones de gol y a la conclusión se llegó con las ideas bastante espesas. Tras la charla en la caseta, los chicos de Juanma salieron algo más enchufados y David del Toro (de lo mejorcito del encuentro) intentó tomar las riendas en el centro del campo. No era el día y jugadores como José María o Pirulo no se zafaban de sus contrarios y apenas intervenían por sus bandas; así las cosas, la única solución era mandar balones a Portu buscando la espalda de los centrales. De esta manera llegó la ocasión más clara del encuentro para el equipo local; pase en largo al “pistolero”, que se planta ante el meta rival para mandar el balón por encima del larguero. Lamento generalizado, ya que estas oportunidades no se pueden desaprovechar en este tipo de partidos. Y para más inri, el Zalamea se hizo esclavo del dogma futbolístico por excelencia, “el que perdona lo paga”. A los pocos minutos internada del equipo visitante por la banda izquierda, centro al área sin peligro y Jesús en un intento de dejársela a Juan con la cabeza, introduce el esférico dentro de la portería. Palo tremendo en la moral de un equipo carente de ilusión y con las fuerzas justas para intentar la remontada.
Por el contrario el equipo visitante, tercero por arriba, ve al alcance una victoria que, por el devenir del encuentro, no contaban. Espoleados por la ventaja, el equipo visitante se crece defensivamente y mata cualquier intento local para hacer peligro; incluso pudieron hacer el 0-2 en otra internada por banda.
De aquí al final nada que contar, el encuentro concluyó tristemente con más espectáculo en la grada que en el campo. Una reyerta entre las aficiones hizo que tuviera que intervenir hasta la guardia. Portu terminó expulsado con roja directa por verse inmiscuido en esta trifulca, donde también intervinieron integrantes del banquillo visitante.