viernes, 25 de abril de 2014

EL HIMNO DE ANDALUCÍA Y LA VÍA SACRA ZALAMEÑA


Al leer el título que encabeza este artículo cualquiera puede verse sorprendido por la aparente disparidad que existe entre ambos temas, pero vamos a tener ocasión de demostrar, como ustedes comprobarán si siguen leyendo, que existe una estrecha relación entre ambos.


 Como de todos es conocido, al inicio del Vía Crucis en la puerta de la Iglesia, antes de empezar el recorrido, se lleva a cabo un cántico conocido como el  “Santo Dios”. Es el prólogo de una manifestación religiosa que lleva realizándose en Zalamea desde mediados del siglo XVIII, aunque existen indicios fundamentados de que se practicaba en nuestro pueblo desde mucho antes. Los investigadores que han estudiado esta tradición religiosa que cierra el viernes la serie de actos que componen nuestra Semana Santa resaltan, aparte de su aspecto religioso, el valor antropológico así como la variedad y peculiaridad de los cánticos que se llevan a cabo antes, durante y después del recorrido.

Indagando sobre el origen de estos  cánticos llegamos a averiguar que el “Santo Dios” procede de un antiquísimo himno religioso que los labradores de Andalucía entonaban al iniciar la jornada y al terminarla, en el amanecer y en la puesta de sol cuando se recogían. Según algunos autores, obedecían a un antiguo ritual, posiblemente, del siglo XIV, que realizaban los jornaleros moriscos que se convertían a la fe cristiana y que decía así:

                         ¡Santo Dios, Santo Fuerte!
                        ¡Santo inmortal!
                        ¡Líbranos, Señor, de todo mal!
                        Los pecadores pedimos
                        Al señor continuamente
                        Y por eso le decimos:
                        ¡Santo Dios, Santo Fuerte!
                        Con dolor de nuestro pecho
                        Le pedimos al Señor,
                        Que seamos perdonados
                        En el tribunal de Dios.
                        ¡Santo Dios, Santo Fuerte!
                        ¡Santo Inmortal!
                        ¡Líbranos, Señor, de todo mal!
                        ¡Líbranos, Señor, de todo mal!

  Como podemos ver, el estribillo de esta letra se incorporó a los cánticos de nuestro Vía Crucis y se entonan hoy al comienzo del mismo en la puerta de la Iglesia. Resulta difícil hoy explicar el proceso de cómo se añadieron al ritual, puede que al conformar el desarrollo  de la Vía Sacra se inspiraran en los de otro lugar, quizá Sevilla, desde donde partieron buena parte de nuestras tradiciones religiosas, pero no hay que descartar que sea un indicio de que esta ceremonia incluya ritos antiquísimos que originalmente no tendrían que ver con la Vía Sacra y  que posiblemente se practicaran en nuestro pueblo desde la Edad Media. Debiera ser esto objeto de un estudio más detenido que no es el momento de abordar.

 Pero volviendo a las razones que expliquen el título, sucede que cuando Blas Infante, creador del himno de Andalucía ejercía de notario en Cantillana (Sevilla) tuvo oportunidad de oír estos mismos cánticos a los labradores del lugar, quedando admirado del sentir y  de  la profundidad que le daban aquellos jornaleros y así lo hizo saber al director de la banda Municipal de Sevilla, José del Castillo Díaz, compositor de la música del himno que, tras escucharlos, se inspira en ellos para componerlo, lo que no desmerece en absoluto la originalidad de la composición que hoy nos representa a todos los andaluces.

             Blas Infante llegó a escribir sobre estos cantos:

 “este magnífico himno  se cantaba en algunos pueblos andaluces a la salida y a la puesta del sol. Lo emplean en Cantillana los segadores, en cuyo campo hube de anotarlo yo.

En crepúsculos inolvidables, yo oí cantar el “Santo Dios”.

 En sus compases y en sus versos se inspira Blas Infante para componer la letra del himno de Andalucía y sustituye los versos por otros más ajustados al sentido político del himno. Ahora ya  no se pide “perdón” por los pecados sino “tierra y libertad” para los andaluces y el maestro José del Castillo  compone una música que, aunque original, recuerda vagamente los cánticos de aquellos segadores.

 Como hemos podido comprobar existe una relación entre los cánticos de nuestra Vía Sacra  y el Himno de Andalucía que en su día compusieron Blas Infante y José del Castillo y que justifica el título de este artículo.

 Manuel Domínguez Cornejo           Antonio Domínguez Pérez de León 

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