“Recuerdo de aquellos veranos”
Me encanta la época estival; desde niña me afanaba en el colegio para sacar unas buenas notas y pasar un verano estupendo en compañía de mi familia. Me pasaba todo el año deseando que llegase el verano, y en la actualidad, es mi hijo mayor quién me lo recuerda, ya que cuenta los días para que “sea verano, verano” como dice él.
Pasaba los días “a caballo” entre la playa de La Antilla, que me encanta, y mi piscina del campo, “La Higuerita”, la cuestión era “estar en remojo”. Pero sin duda, cuando mejor lo pasaba era en los últimos días de Julio, previos a la llegada de mis tios y primo de Barcelona. Había que preparar el campo, las dependencias de la casa, la piscina, el césped,… todo tenía que estar a punto para cuando llegaran, y de eso ya se encargaban mi abuelo José y mi abuela Pepa a su manera. Esos días eran muy intensos, y en general todos teníamos los nervios a flor de piel, “que si falta esto o aquello; eso no va ahí; ¿Habéis encargado los chorizos de El Villar y el vino que le gusta a Agustín?,…..”
Era fantástico y emotivo ver la familia al completo a la hora de comer o cenar en la terraza del campo. ¡Qué buenos momentos! Pero como ocurre con todas las cosas buenas, el tiempo se pasaba volando y llegaba el momento de la despedida, deseando entre lágrimas, que llegara el próximo Agosto.
El tiempo va pasando, y nada puede ser igual que antes por muchas circunstancias. Sigo veraneando “a caballo” entre la playa y mi piscina, aunque ya un poco más mayor y con mis hijos, quienes hacen que todos los días sean especiales para mi.
Si me he animado a escribir esta carta, ha sido porque hoy me han dado una noticia estupenda, y es que vuelven mis tíos y primo de Barcelona a pasar unos días. Hace algunos años que, por diversos motivos, no pueden venir. Espero que lo pasemos muy bien, a pesar de que falten mis abuelos y otros seres queridos.
Eva María Vélez Pichardo
Me encanta la época estival; desde niña me afanaba en el colegio para sacar unas buenas notas y pasar un verano estupendo en compañía de mi familia. Me pasaba todo el año deseando que llegase el verano, y en la actualidad, es mi hijo mayor quién me lo recuerda, ya que cuenta los días para que “sea verano, verano” como dice él.
Pasaba los días “a caballo” entre la playa de La Antilla, que me encanta, y mi piscina del campo, “La Higuerita”, la cuestión era “estar en remojo”. Pero sin duda, cuando mejor lo pasaba era en los últimos días de Julio, previos a la llegada de mis tios y primo de Barcelona. Había que preparar el campo, las dependencias de la casa, la piscina, el césped,… todo tenía que estar a punto para cuando llegaran, y de eso ya se encargaban mi abuelo José y mi abuela Pepa a su manera. Esos días eran muy intensos, y en general todos teníamos los nervios a flor de piel, “que si falta esto o aquello; eso no va ahí; ¿Habéis encargado los chorizos de El Villar y el vino que le gusta a Agustín?,…..”
Era fantástico y emotivo ver la familia al completo a la hora de comer o cenar en la terraza del campo. ¡Qué buenos momentos! Pero como ocurre con todas las cosas buenas, el tiempo se pasaba volando y llegaba el momento de la despedida, deseando entre lágrimas, que llegara el próximo Agosto.
El tiempo va pasando, y nada puede ser igual que antes por muchas circunstancias. Sigo veraneando “a caballo” entre la playa y mi piscina, aunque ya un poco más mayor y con mis hijos, quienes hacen que todos los días sean especiales para mi.
Si me he animado a escribir esta carta, ha sido porque hoy me han dado una noticia estupenda, y es que vuelven mis tíos y primo de Barcelona a pasar unos días. Hace algunos años que, por diversos motivos, no pueden venir. Espero que lo pasemos muy bien, a pesar de que falten mis abuelos y otros seres queridos.
Eva María Vélez Pichardo