Hace varias semanas, la Hermandad del Rocío de Valverde del Camino se puso en contacto con nosotros, invitándonos a hacer una peregrinación nocturna a El Rocío. Lo hablamos entre nosotros y aceptamos la invitación.
El 4 de julio era el día escogido por la Hermandad, esa fecha nos venía muy bien por ser sábado. Nos fuimos a Valverde sobre las 11 de la noche, allí esperaban 3 autobuses y un gran número de rocieros con los que nos fuimos a “El Corchito”, que era el lugar elegido para comenzar la marcha. Salimos sobre la 1 de la madrugada en noche calurosa y con una luna espectacular.
Enseguida nos dimos cuenta que el camino no iba a ser al que estamos acostumbrados en la sierra, que es mas quebrado y de subidas grandes, sino todo lo contrario, llano pero muy arenoso, hasta el extremo en el que había tramos que costaba caminar pues te hundías en la arena.
El camino lo tenía la Hermandad bastante bien organizado con coches de apoyo y de aprovisionamiento, focos bastantes potentes para alumbrar el camino, y varios coches de protección civil de bomberos; la organización perfecta de 10.
Hicimos tres paradas para descansar y reponer fuerzas. Vimos el amanecer ya muy cerquita de la Aldea (por cierto un bonito amanecer).
Llegamos a El Rocío sobre las 8 de la mañana y después de recoger el Estandarte de la Hermandad, nos dirigimos a la Ermita por las calles arenosas escuchando al mismo tiempo el sonido de las campanas de distintas Hermandades que nos quisieron dar la bienvenida.
Entramos en la ermita todos los peregrinos y entre emoción y algún que otro llanto, le rezamos tres Ave María y le cantamos unas sevillanas.
Volvimos a la casa hermandad donde el mayordomo nos tenía preparado un suculento desayuno y con las mismas nos volvimos en los autobuses para casa.
Desde este periódico Jaguarzo Moruno quiere dar las gracias a la Hermandad por invitarnos y a sus mayordomos por lo bien que nos recibieron en la casa Hermandad.
Enseguida nos dimos cuenta que el camino no iba a ser al que estamos acostumbrados en la sierra, que es mas quebrado y de subidas grandes, sino todo lo contrario, llano pero muy arenoso, hasta el extremo en el que había tramos que costaba caminar pues te hundías en la arena.
El camino lo tenía la Hermandad bastante bien organizado con coches de apoyo y de aprovisionamiento, focos bastantes potentes para alumbrar el camino, y varios coches de protección civil de bomberos; la organización perfecta de 10.
Hicimos tres paradas para descansar y reponer fuerzas. Vimos el amanecer ya muy cerquita de la Aldea (por cierto un bonito amanecer).
Llegamos a El Rocío sobre las 8 de la mañana y después de recoger el Estandarte de la Hermandad, nos dirigimos a la Ermita por las calles arenosas escuchando al mismo tiempo el sonido de las campanas de distintas Hermandades que nos quisieron dar la bienvenida.
Entramos en la ermita todos los peregrinos y entre emoción y algún que otro llanto, le rezamos tres Ave María y le cantamos unas sevillanas.
Volvimos a la casa hermandad donde el mayordomo nos tenía preparado un suculento desayuno y con las mismas nos volvimos en los autobuses para casa.
Desde este periódico Jaguarzo Moruno quiere dar las gracias a la Hermandad por invitarnos y a sus mayordomos por lo bien que nos recibieron en la casa Hermandad.
Epi