sábado, 4 de marzo de 2006

Bernabé. Carnaval de los 80-90

Oh Tierra mía, aquí una vez más,
Con mi alegría, mi guitarra y mi cantar.
Para ofrendarte como otros años atrás.
Piropearte con el corazón
y hacia la Salve lleno de emoción
como te abraza mi cantar.
Zalamea, Zalamea es vivir con la tierra
Que yo sé querer con mis cincos sentidos.
Zalamea, por muy lejos que esté, yo te juro
Que nunca jamás te echare en el olvido.
Zalamea, aunque voy de pirata vestido
he de prometerte que me siento zalameño,
tan solo por verte;
porque te quiero como a una madre
y así te voy a querer hasta la muerte…..


Corría el año 91, cuando unos ocasionales piratas, abordaban el escenario del antiguo salón Ruiz Tatay, acompañando estas letras por el característico ritmo del pasodoble. La pasión de una comparsa por su tierra zalameña. Seriedad y cachondeo. Tiempos en lo que expresar un sentir popular sin necesidad de un libro que lo recogiese; el pueblo cantaba al pueblo. Lo cotidiano de un año zalameño disfrazado en voces y colores de fantasía….
Se trataba de la chirigota “Los Corsarios Berna y Kiko, los piratas del Charco del Maito, en busca del tesoro de los Pocitos”. Y entre ellos una figura destacable, no sólo por su corpulencia física: Bernabé, que a lo largo de la década de los años 80 y 90 se convirtió en el auténtico icono del carnaval zalameño.

Nos acoge Bernabé en la intimidad de su casa, rodeado de algunos de sus familiares. Su esposa Tere y su hijo Domingo ayudan al entrevistado a recordar anécdotas y datos que le pasan desapercibidos. Una gran cantidad de fotografías y algunos carteles yacen sobre la mesa como testigos vivos de aquella época en las que las carnestolendas figuraban como una época reseñable en el calendario lúdico de este viejo pueblo.

Bernabé, ¿Cómo surge en Zalamea esta época dorada de carnavales?
Los Carnavales tal como lo empezamos a vivir en aquella época surgen en el año 86. Con anterioridad si existían bailes y es precisamente en uno de ellos cuando un grupo de personas (Murillo. Manolín, Juan María, mi primo Kiko y yo) nos juntamos sobre el escenario y bajo el nombre de “los baturros”, nos ponemos a cantar allí una serie de tonterías. Ese es el inicio de nuestra chirigota o comparsa, como se quiera llamar y también del concurso de agrupaciones. A partir de ahí y ya en el año siguiente formamos la primera chirigota, “los tenistas”, participando con nuestras coplas como único grupo, dando el pistoletazo de partida para años sucesivos, para la formación y participación de otras agrupaciones, como es el caso de una comparsa de mujeres que bajo la organización de la mujer del entonces director de Banesto, que era de Cádiz, nos acompañó con sus letras, además de otra que formaron el grupo de amigos de Luismi y Juan Ramón Zarza. Era el año 87. Ya en el año 88, la participación en el concurso aumentó a un total de cinco chirigotas y desde ahí fue aumentando hasta el del 91, que fue cuando más cantidad hubo, un total de doce, incluidas las infantiles.

¿Quiénes erais la personas que formabais el núcleo de tu comparsa a lo largo de estos años?
Que yo recuerde ahora mismo y algunos que se me olvida, la chirigota estaba formada por Manolín, Murillo, mi primo Kiko, Juan María, Juan Jesús, el hijo de un Guardia Civil de entonces, que le decían El Sevillano, Aneas, Juan Pedro, que tocaba la Guitarra, y año siguiente Manolo el Macareno, mas otras incorporaciones que se iban produciendo algunos años.

¿Dónde ensayabais y cuando comenzabais mas o menos con este ritual?
Ensayábamos en El Romerito en la casa de Juan María, sin luz y sin nada. Poníamos un petromán y allí se gestaban y se iban perfeccionando nuestras coplas. En cuanto al inicio, en las primeras ocasiones comenzábamos en Noviembre aunque posteriormente fuimos empezando con anterioridad. A partir del tercer año, hicimos nuestra peña, la Peña El Uno, y es entonces cuando no lo tomamos más en serio y empezamos a salir ya con ropa buena, vestido de fuego, ya que antes los disfraces eran más improvisados.

¿Quién se encargaba de diseñar y elaborar los disfraces?
Se encargaba mi mujer Tere. Mejor dicho, los disfraces lo pensábamos entre todos, aunque era mi mujer quien se encargaba de plasmar nuestras ideas sobre la tela, aportando sugerencias y en ocasiones encargándose también de todo el diseño.

¿De qué os disfrazasteis durante esa época y cuál de esos disfraces guardas con mejor recuerdo?
De tenista, de médico, de fuego, de Doña Bella, de pirata, de guardia civil y gitano, con medio cuerpo de uno y el otro medio de otro, de niño chico, de bandolero, de bailarina….No hay uno que recuerde o que me guste más . Lo hacíamos con tanto cariño, que la verdad que para mi todos los recuerdo con gran satisfacción. Para mí, lo importante era disfrazarme. Una vez que te ponías el disfraz, ya pasabas a otro mundo. Por eso recuerdo todos y cada uno con tanto agrado.

¿Que te gustaba más, el concurso o el carnaval de calle?
El concurso, claro está, y después la calle. Además hay que tener en cuenta que una vez que estaba ya la chirigota consolidada, empezamos a actuar en otros pueblos. Por ejemplo, fuimos la primera chirigota de fuera que actuó en el Carnaval de Valverde. En otra ocasión también fuimos invitados a Aracena. Por todo esto y porque le dedicábamos mucho más tiempo a la preparación de las letras y música para el concurso, es por lo que lo recuerdo con más cariño.

¿Con qué estabais más identificados, con una chirigota o con una comparsa?
Al principio éramos más una chirigota, con letras de más cachondeo, pero a medida que pasa el tiempo nos vamos asemejando más con una comparsa, con humor cuando cabía, pero con letras más serias cuando llegaba el momento. Hay que tener en cuenta que en el carnaval zalameño, no había distinción entre una y otra.

¿Quién se encargaba de las letras?
Eso nos reuníamos y lo decidíamos entre todos. El último año, nos la realizó la comparsa que ganó en Huelva, ya que establecimos amistad con la chirigota del Centro Reto que había en Zalamea, y un familiar de unos de los integrantes de esta chirigota pertenecía a la comparsa de Huelva y nos compuso las letras.

¿Por qué crees que desaparecen los carnavales en Zalamea?
Creo que es por la apatía que muchas veces caracteriza al pueblo zalameño. Tenemos las cosas y no sabemos conservarlas. Los últimos años, el concurso dejó de contar con agrupaciones. La gente se iba a otros pueblos. Incluso hubo un año que tuvimos que traer las comparsas de fuera. El carnaval de la calle ,cada vez iba a menos. Cada vez había menos participación, así que decidimos no hacerlo. El mismo camino tomó el concurso de agrupaciones. Incluso en los bailes que siempre se caracterizaban por la gran presencia de personas se vieron disminuidos de asistentes, porque la gente se iba a otro lado.

¿No habéis pensado en intentar recuperarlo?
En muchas ocasiones lo hemos hablado e incluso han venido gente para sugerírnoslo.
Tuvimos la idea de recuperar el concurso o la actuación de nuestra chirigota, al disponer de un nuevo Teatro, pero unas veces por otras…..se va dejando, pasan los años y seguimos sin concretarlo. Esperemos que pronto nos pongamos de acuerdo entre unos cuantos y por lo menos intentar recuperar las actuaciones en el Teatro. Seguro que si se empieza así habrá grupo de jóvenes que nos sigan.

Bernabé, con cierta nostalgia, continúa la charla pasando entre sus manos las fotografías de distintos momentos carnavaleros de su chirigota, recordando con especial cariño el cuarteto que sacaron en una ocasión y como no, en la que estaba su incondicional compañero Kiko. Buenos recuerdos de tiempos pasados. Nos recita algunas letras de los pasodobles más famosos, orgulloso de su contenido. Recuerdos…La entrevista se da por acabada. Bernabé nos sigue hablando de las iniciativas en las que ahora se encuentra: La Cabalgata, Colaboraciones con la hermandad de Penitencia, con la de San Vicente…. Un hombre enamorado de Zalamea, y que dedica su tiempo libre a trabajar por y para el pueblo de forma desinteresada…
Bernabé, esperamos verte pronto sobre las nuevas tablas del Teatro Ruiz Tatay.