La Asociación de Empresarios y Comerciantes de Riotinto recuerda que llevan años denunciando la calamitosa situación del enclave • El pianista Javier Perianes critica el "desprecio" a la historia.
La Asociación de Comerciantes e Industriales de Riotinto (ACIR) ha iniciado ya contactos para crear una plataforma ciudadana en defensa de Corta Atalaya tras conocerse el grave estado de inundación que soporta debido a más de una década de inactividad minera y el abandono en el mantenimiento de sus instalaciones, propiedad de la multinacional Emed.
La ACIR, a través de su presidente, Carmelo Rufo, recordó ayer que lleva varios años denunciando "la calamitosa situación" que soporta la corta minera. Visiblemente indignado por los últimos acontecimientos, Rufo señaló que "si Riotinto estuviese en Cataluña ya veríamos... Allí tienen una mina de sal que se explota turísticamente y hay que pedir cita con varios meses de antelación para poder visitarla".
Una verdadera oleada de apoyos recorre las redes sociales desde que el fotógrafo Antonio Romero, como antes sus colegas Rafael Cortés, Jesús Chaparro o Manuel Aragón, colgara unas fotos que mostraban su estado actual de inundación y el periódico Huelva Información se hiciera eco de la inquietud ciudadana.
Entre las voces más relevantes que se han alzado contra este abandono, que amenaza con engullir la Corta, está la del maestro nervense, el pianista Javier Perianes, quien ha calificado de "atentado contra el Patrimonio de la comarca" la situación de la corta. "Que en los tiempos que corren se esté permitiendo la degradación de este bien patrimonial es una afrenta a cuantos labraron ese paisaje con su sudor y, en el peor de los casos, hasta con su vida. Cuando se desprecia de esta forma tanta historia se termina por dar la espalda al futuro".
Otro de los asuntos que ya empieza a preocupar a las asociaciones ciudadanas de la comarca es el riesgo que conlleva el que Corta Atalaya se haya convertido en inmenso embalse en el que caben varios hectómetros cúbicos de aguas ácidas de mina. La presión que ejercen esos cientos de miles de metros cúbicos de agua en sus paredes tampoco tranquiliza a los ciudadanos.
De momento, se sabe que Cultura ha encargado un informe sobre el estado de la Corta y que la propietaria, Emed Mining, asegura que monitoriza la zona para prevenir riesgos en la estructura.