El Zalamea CF mostró su peor cara en Riotinto para caer en una tarde donde el árbitro y el mal juego fueron los protagonistas. Los de Rocha suman, con esta, su segunda derrota de la temporada.
Mal partido del Zalamea ayer en feudo riotinteño, donde sucumbió con total rotundidad al fútbol primario del equipo local. Los zalameños saltaron al césped ignominiosos, a verlas venir y sin la entrega que hay que poner en este tipo de envites. Y eso que cuando todavía no habían empezado a sudar la camiseta, ya se encontraban por delante merced al lanzamiento desde los 11 metros que realizó Pablo Matilla tras decretarse penalti en el área local.
Tras la ventaja en el marcador, los riotinteños pusieron garra y entrega sobre el maltrecho césped y obligaron a los zalameños a replegarse y defender dentro de su área, sobre todo a balón parado. El equipo zalameño no encontraba su molde de juego, y con las líneas muy distanciadas era incapaz de hilvanar una sola jugada de peligro. Rubén en la medular hacía las veces de juez de tenis, y arriba Pablo y Javi se desesperaban por recibir balones francos. Así pasaron los minutos hasta que en una jugada desafortunada Ale se produjo una brecha en el pómulo tras un choque fortuito con un contrario, el bravo defensor zalameño tuvo que dirigirse al hospital comarcal para que le cosieran la herida. En su lugar saltó Meka y el equipo perdió potencial por arriba.
A los pocos minutos el equipo local ponía las tablas en el marcador tras el lanzamiento de un saque de esquina, y empujados por su hinchada siguieron empujando al Zalamea hasta conseguir ponerse por delante en un balón bombeado que fue hábilmente rematado en vaselina cuando Álvaro salió a la desesperada a detener el balón. Con 2 – 1 en el marcador y la impotencia de no poder cambiar el devenir del encuentro llegó el Zalamea al descanso.
A la salida los de Rocha intentaron tocarla desde atrás y por unos momentos se olvidaron de los pelotazos, donde el Riotinto había sido más fuerte. Pero de la segunda parte pocas conclusiones podemos sacar, ya que por muy insólito que parezca, el árbitro tomó el protagonismo para no dejar jugar a nadie. Paró en repetidas veces en encuentro, tomó decisiones caprichosas y condujo a ambas escuadras a una espiral de faltas y protestas que terminaron por desesperar a todos los que acudieron a presenciar el duelo minero.
Con todo lo acaecido poco mejoró el juego de los de Rocha, y al final se llegó con el marcador de 2 – 1 para el equipo rojiblanco.
Tras la de Beas, segunda derrota de la temporada en muy similares circunstancias. Quizás habría que trabajar durante la semana este tipo de duelos que requieren otro tipo de fútbol más directo y con terrenos de juego en muy malas condiciones. Aviso a navegantes para tratar de conseguir algo importante este año.
Tras la ventaja en el marcador, los riotinteños pusieron garra y entrega sobre el maltrecho césped y obligaron a los zalameños a replegarse y defender dentro de su área, sobre todo a balón parado. El equipo zalameño no encontraba su molde de juego, y con las líneas muy distanciadas era incapaz de hilvanar una sola jugada de peligro. Rubén en la medular hacía las veces de juez de tenis, y arriba Pablo y Javi se desesperaban por recibir balones francos. Así pasaron los minutos hasta que en una jugada desafortunada Ale se produjo una brecha en el pómulo tras un choque fortuito con un contrario, el bravo defensor zalameño tuvo que dirigirse al hospital comarcal para que le cosieran la herida. En su lugar saltó Meka y el equipo perdió potencial por arriba.
A los pocos minutos el equipo local ponía las tablas en el marcador tras el lanzamiento de un saque de esquina, y empujados por su hinchada siguieron empujando al Zalamea hasta conseguir ponerse por delante en un balón bombeado que fue hábilmente rematado en vaselina cuando Álvaro salió a la desesperada a detener el balón. Con 2 – 1 en el marcador y la impotencia de no poder cambiar el devenir del encuentro llegó el Zalamea al descanso.
A la salida los de Rocha intentaron tocarla desde atrás y por unos momentos se olvidaron de los pelotazos, donde el Riotinto había sido más fuerte. Pero de la segunda parte pocas conclusiones podemos sacar, ya que por muy insólito que parezca, el árbitro tomó el protagonismo para no dejar jugar a nadie. Paró en repetidas veces en encuentro, tomó decisiones caprichosas y condujo a ambas escuadras a una espiral de faltas y protestas que terminaron por desesperar a todos los que acudieron a presenciar el duelo minero.
Con todo lo acaecido poco mejoró el juego de los de Rocha, y al final se llegó con el marcador de 2 – 1 para el equipo rojiblanco.
Tras la de Beas, segunda derrota de la temporada en muy similares circunstancias. Quizás habría que trabajar durante la semana este tipo de duelos que requieren otro tipo de fútbol más directo y con terrenos de juego en muy malas condiciones. Aviso a navegantes para tratar de conseguir algo importante este año.