viernes, 13 de enero de 2012

Diálogos con D. Lope. El campo

Sentía como un halo a mi lado, cuando caminaba hacia el Cortado de Palanco, para buscar unos encuadres con el fin de hacer unas fotos, en aquella tarde en la que sin saber qué hacer me dirigí hacia él, recordando aquel tiempo en que en ese cortado había nidos de casi todas las especies de aves, desde búhos reales hasta cigüeñas negras, grajos, grajillas y muchas más, hasta que algunos “señores”, lo convirtieron en campo de tiro para afinar su puntería, o saciar su enfado por alguna otra circunstancia, que yo no voy a analizar, pero alguien debía haber puesto coto a esos desmanes. Me seguía esta sensación desde que salté la “portera” del antiguo camino a Guadiana. Sin poder contenerme más me paré y dije, si estás ahí manifiéstate de una vez, coño, que me estás poniendo nervioso. Y así fue. Apareció D. Lope ataviado con su indumentaria habitual pero sin su inseparable espada.

-. ¿De dónde viene usted de esta guisa? No vendrá de algún escarceo amoroso a los que es usted tan proclive.

-. ¿Ya le han puesto al corriente? Malas lenguas estén cortadas y puestas a secar al sol, pero no …. Vengo de oír las lamentaciones de unos aparceros que se dirigían a la besana para seguir su faena, y la verdad me cuesta creer las cosas que decían…. Que si no se quién se llevaba el dinero que daban para repartir entre los campesinos, que por qué los que más tenían se llevaban la mayor parte del dinero que venía de no sé dónde, y los que tenían poco no se llevaban nada…. no lo entiendo. Y que por qué había que decir lo que ibas a hacer en tu finca.

-. Mire D. Lope esto es complicado de explicar, pero si no hubiera tantos departamentos, cómo íbamos a tener tanta gente enchufada en ellos. Verá usted, si se me seca una encina tengo que comunicarlo a un departamento, que a su vez lo comunicará al que me tiene que dar el permiso para que la pueda cortar, y este a su vez comunicará con otro departamento que me tendrá que dar el permiso para que una vez cortada pueda quemar los restos de ramas inservibles, y a todo esto el tiempo va pasando.

-. Pero oiga ¿y no sería más fácil, y mejor para el campo, que si usted ve en su finca que una encina se está secando cortarla para que al quemarla erradicar la enfermedad lo más rápido posible?

-. Eso sería lo correcto, porque tú eres quien paga los impuestos, pero tienes que pedir permiso para realizar cualquier labor en tus tierras, así que tu pagas, y ellos son los dueños ya que hay que hacer lo que digan y cuando ellos digan.

-. No lo entiendo, ¿cómo van a decirme cuando tengo que capar a los cerdos?, por ejemplo, ¿Sabré yo mejor que ellos cuando es su momento?, ¿o qué plantas debo arrancar y qué plantas no? Y ¿cómo he de arrancarlas si de raíz, o mediante cortes para que abunde su follaje? Se lamentaban de que no le dejaran coger plantas medicinales, y que les multaban si lo hacían.

-. Así es, todo esto es debido a que ponen al frente de esos departamentos gentes que no distinguen una encina de un alcornoque, o un mesto; y dan órdenes a sus subordinados, que tienen que cumplir, sabiendo que el que legisló no tiene ni puñetera idea.

-. Oiga Maestrescuela, ¿y en esa cajita se lleva usted a su casa las cosas que ha visto y que ha puesto mirando hacia ellas, y luego las ve en aquella pizarra con luz que vi la otra noche?
-. Así es mire esa roca.

Hice la foto y cuando se la enseñé, la vio y al mismo tiempo la de algún pájaro, abrió la boca y los ojos, y salió como alma que lleva el diablo diciendo …., cosas de brujería, cosas de brujería.

¡Don Lope!, le grité, quedó en contarme lo de aquella pareja en el figón,….. pero ya iba volando hasta desaparecer.

Pastor. Enero 2012.