Este programa incluyó a nuestro término municipal por su riqueza natural y cultural. La Asociación de Amigos del Patrimonio de Zalamea la Real colaboró acompañando a este grupo durante el recorrido de unos diez kilómetros, en el cual pudieron contemplar: el propio Odiel, los molinos medievales y la huella que dejó la minería.
La ruta comenzó en el puente de Calañas, el cual cruza el río y hace de frontera natural entre el Andévalo y la Cuenca Minera. En este primer tramo descubrieron un poco de su historia, la arqueología, los pasos y el paisaje desolado que recorre el propio río, profundamente encajado en una falla el cual se desliza entre peñascos y represas con aguas cargadas de óxidos metálicos. El sinuoso cauce de colores después de las últimas lluvias visto desde las cimas contrasta con el verdor de eucaliptos, pinos y matorrales.
Se nos muestra un río vivo en épocas pasadas, poco rentable para uso agrícola por carecer de vegas en sus orillas pero imprescindible como fuente de energía para mover los molinos que panificaban las cosechas de cereales. Aquí se encuentran los molinos medievales; río arriba molino de la Higuera, Santa María, de las Viudas y de la Llave; río abajo molinos del Batán, del Señor...... En esta parte del recorrido se les explicó la cronología; sus singularidades; su funcionamiento; el transporte de las piedras; sus piezas; las partes del molino y sus utilidades.
Después de este paseo medieval el camino nos lleva a una época más cercana. En este tercer tramo pudieron contemplar la huella que dejaron las explotaciones mineras en la zona. Aunque se citan arroyos agrios afluentes al Odiel desde el Siglo XVI, la alteración de sus aguas comenzó en la segunda mitad del siglo XIX, cuando se inició la explotación tecnificada y a gran escala de los complejos piríticos; Río Tinto, Castillo del Buitrón, Sotiel, Poderosa y ya iniciado el pasado siglo, San Platón, El Tinto-Santa Rosa y La Esperanza. Todas estas minas vertían a la cuenca del Odiel su química de desecho sin correcciones. A la rivera de El Villar la llaman rivera Amarga, alterada por los vertidos de Castillo del Buitrón. El proceso de alteración de la cuenca prosiguió. El beneficio de los minerales por calcinación al aire libre acabó con mucha vegetación de la zona. Estos procesos fueron sustituidos más tarde por el sistema de canaleo (método Doetsch) cuyos residuos ácidos iban directos al río.
Llegamos a Las Viñas; escoriales, vacies, balsas, canales, acueductos… y las espectaculares explanadas donde se comenzó a beneficiar la pirita mediante el sistema de oxidación. Era cuando la United Alkali Company Limited explotaba las minas del Tinto-Santa Rosa, Sotiel y otras desde 1905, transportaban río abajo los minerales por ferrocarril hasta este lugar (aun permanecen los pilares de la vía que cruzaba el Odiel justo en la desembocadura de la rivera de El Villar)
El final del recorrido fue en el puente de Sotiel, junto a la Ermita del Santuario de Nuestra Señora de La Coronada.
Por cierto, avisamos a los senderistas que en esta época salen al campo de rutas, respetemos los cotos de caza, vedas y monterías que se realizan en el término tanto por la peña como por la sociedad de cazadores. Para disfrute de unos y seguridad para otros.
Asociación de Amigos del Patrimonio de Zalamea la Real.