La redacción de La Otra Mirada se adentra en el mundo de la ecología a través de una interesante entrevista realizada a Juan Romero, antiguo integrante del grupo activista Ecologistas en Acción y actual presidente del colectivo Fuegos Nunca Más, creado tras el fatídico incendio que arrasó gran parte de nuestros montes en 2004. En días sucesivos, y para hacer más amena la lectura de la misma, iremos transcribiendo, en diferentes fragmentos, los contenidos temáticos adelantados por nuestro interlocutor. Comenzamos en esta ocasión con uno de los temas más escabrosos de los muchos que abordan al ecologismo de nuestra zona: el Vertedero de Residuos Tóxicos y Peligrosos de la vecina Nerva.
Juan Romero, que luchó incesantemente junto con cientos de vecinos de todos los pueblos mineros de la zona contra la implantación del depósito de despojos tóxicos en el vecino pueblo de Nerva, nos corrobora sus temores iniciales ante lo que él llama “Vertedero a la antigua usanza”, apelativo que nos indica las irregularidades llevadas a cabo en el recinto respecto al control de los materiales allí depositados. ”Estamos ante un vertedero que asume los residuos tóxicos y peligrosos de diferentes zonas de la Península Ibérica. Residuos desde el País Vasco, Cataluña, Andalucía y del resto de Comunidades Autónomas españolas vienen a parar a Nerva” Pero los temores de Juan Romero van más allá:“Aquí se depositan también los deshechos tóxicos y peligrosos generados en Portugal. El país vecino carece de instalaciones preparadas para el almacenaje de estos productos, por lo que se traen a Nerva”
“Nos encontramos con un vertedero totalmente incontrolado” nos indica con gran temor. Existen, según el presidente de Fuegos Nunca Más, un gran número de irregularidades en el desempeño de la actividad que genera el propio Vertedero. Desde el transporte de los residuos dichas irregularidades ya se aprecian, puesto que en las carreteras desde Huelva a Nerva o desde Sevilla a Nerva se pueden observar, según nuestro interlocutor, residuos desparramados “incluso en algunos tramos se observa manchas rojizas, fruto del polvo de acerías o de la ceniza de pirita allí derramadas”. Además, los camiones son muy viejos y no poseen cámaras herméticas para el trasportes. Y junto a ello, dichos vehículos, al poseer impregnados en su superficie gran parte de estos residuos, no deberían pasar por núcleos úrbanos, y mucho menos parar en ellos. Pero esto tampoco se cumple. Juan Romero nos indica que ya han aparcado en ciertos lugares, como el Barranco la Pepina, Polígono Industrial de El Peral (Nerva), en las puertas del Bar Banda en Zalamea la Real, donde levantan las cajas y escurren aguas residuales. “Ningún alcalde debería permitir que estos camiones aparcaran allí donde hay bares, familias, nños,... En las operaciones de descarga dentro del propio recinto del Vertedero se forman nubes de polvo tóxico que el viento los trasporta hacia el pantano, hacia Nerva o hacia otros núcleos urbanos. Todo ellos “a corto plazo, y por la inhalación de estos elementos, acarreará problemas de salud”. A ello se une el vertido de lixiviados y aguas residuales procedentes del vertedero al propio Río Tinto.
En el vertedero no se separan los residuos, sino que se mezclan, se compactan y se entierran y esta, según el ecologista de Berrocal, no es una solución viable para el control y tratamiento de dichos residuos.
Juan Romero nos adelanta una primicia, en este caso triste para la Cuenca Minera, indicando que hay rumores “con fundamento” para montar una planta incineradora y una planta de polvos de Acería en los terrenos vendidos por el Sr. Estévez y comprados por Rumbo 05, que a la postre creará una gran entramado industrial destinado a la absorción de residuos y vertidos, convirtiendo a la Cuenca Minera en el “retrete de Europa”