La noche de las candelas tiene un sabor especial, pasear por las calles contemplando las fogatas es un espectáculo lleno de sensaciones entrañables. Una tradición llena de historia que sigue aglutinando tanto a niños como a mayores, y que con el paso del tiempo se va afianzando en el calendario festivo de Zalamea. Extraoficialmente se han contabilizado más de treinta candelas y a concurso había, la no despreciable cifra, de 28. tras un recorrido por todas ellas horas antes de que se prendieran, los miembros de Zalamea…La Otra Mirada, discernimos el siguiente veredicto:
Primera Candela y un premio de 100 €: C/ Cándido Caro (Juan Moreno Cueto)
Segunda Candela y un premio de 50 €: C/ Puerta de Sol (Manuel Cárdenas Rodríguez)
Tercera Candela y un premio de 30 €: C/ Ancha (Domingo Hedroso)
La candela ganadora nos mostraba una reproducción del Conjunto de la Iglesia hecha en marquetería y con iluminación interior. Sorprendente por su tamaño fue la candela que obtuvo el segundo puesto, y la tercera mostraba el gusto de unos vecinos por decorar su fogata.
El recorrido fue extenso y nos hizo comprobar el gran arraigo que hay en nuestro pueblo por estas fiestas. Justo a una hora del incendiado, los vecinos preparaban las viandas para asarlas en las brasas, una convivencia entorno a la lumbre que cada año se afianza más entre los zalameños y los visitantes que vienen a disfrutar la noche. A destacar las tres candelas que, año tras año, se vienen haciendo en la Estación Vieja con apenas 10 vecinos. La gran candela de El Villar, que se veía ardiendo desde Zalamea pero que no entró a concurso; y a destacar también la gran barbacoa que prepararon en el Membrillo Alto en torno a su fogata.
La madrugada, a pesar del frío, fue larga y tras las barbacoas en torno a las candelas, los jóvenes terminaron en la caseta que la Hermandad de la Penitencia había dispuesto para sacar fondos en la Plaza de la Constitución.