lunes, 24 de septiembre de 2007

El aletargamiento inconsciente

El otoño, estación que se caracteriza por el acortamiento de los días y que se prolongará durante 89 días y 20 horas, entró ayer domingo a las 11:51 horas en el hemisferio norte, coincidiendo con el máximo brillo este año del planeta Venus, según datos del Observatorio Astronómico Nacional.

A partir de hoy , el Sol saldrá por las mañanas un minuto más tarde que el día anterior y por la tarde se pondrá casi dos minutos antes, de modo que el tiempo que el Sol estará sobre el horizontes será tres minutos menor cada día.
El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por aquellos instantes en los que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol.
En el caso del Otoño, se da cuando la duración del día y de la noche prácticamente coinciden, lo que recibe el nombre de equinoccio.

Los primeros fríos, los días que se acortan, la vuelta al deber y el fin de las promesas veraniegas desaniman y ponen melancólicos a muchos. A otros, la llegada del otoño los sumerge en una verdadera y absoluta depresión estacional.
Nuestra cultura se expresa con total rotundidad en la calle debido al clima y a las largas horas de luz con la que contamos especialmente en nuestra región. Las ganas de vivir, aprovechar cada minuto de nuestra existencia y expresarnos activamente con nuestro entorno; se sumergen, en estos días, en un aletargamiento inconsciente por el cambio rotundo que supone para nosotros pasar de una estación a otra.
A pesar de las recientes lluvias que nos han afectado estos días, el verano, al igual que sus recuerdos se resisten, un año más, a irse por estas fechas, justamente cuando se produce un acontecimiento meteorológico de gran tradición. El “Veranillo del membrillo”, o el “Veranillo de San Miguel”, cuyo patrón es el 29 de septiembre, es un fenómeno climático que se repite cada año y durante el cual, los últimos días de verano y los primeros de otoño, la temperatura asciende por encima de los valores anteriores para luego recuperar la progresión de bajada típica del otoño.