lunes, 29 de noviembre de 2010

El oficio del Campillo se impone a la crispación local



El Zalamea sigue sin saber disputar un derbi en el Perea Anta; en la tarde de ayer frente al Campillo, se volvió a ver ese equipo desarbolado, carente de recursos y sin pegada. Lo peor no es el resultado final, 0-1, es la imagen de impotencia que se mostró ante un equipo con la labor aprendida.

Prometía el duelo que tenía que enfrentar sobre el verde tapete, dos escuadras que este año tienen sus miras puestas en alcanzar puestos para la liguilla de ascenso. El domingo, cual paréntesis de las inclemencias meteorológicas, se había abierto resplandeciente para que un buen número de aficionados se dieran cita en las frías gradas del Perea Anta.

De inicio, los dos equipos saltaron con la misión de controlar el juego en la medular, pero a base de faltas e interrupciones, el encuentro se hizo infumable. El Zalamea, como conjunto local, quiso llevar la iniciativa en el ataque, pero el Campilo, muy bien plantado y con un tremendo oficio, orillaba cualquier atisbo de peligro contra su meta.

De esta manera transcurrió la primera mitad, donde tan sólo Pirulo dio sensaciones de romper la dinámica conservadora del encuentro. A destacar la única ocasión clara de gol en los primeros 45, un chut envenenado de Jairo que el cancerbero campillero detuvo con algunas dificultades.

Con el protagonismo del colegiado, una vez más, se llegó al descanso. Hay que significar lo nefastos arbitrajes que está recibiendo el Zalamea CF este año.

En apenas dos semanas, el equipo entrenado por Juanma ha sido menospreciado por los colegiados de una forma lamentable. Si en Valverde no señalaron un penalti por claras manos en el área local, en la tarde de ayer el partido lo pitaron los jugadores veteranos del Campillo (inaudito).

En la segunda mitad el equipo blanquiazul adelantó líneas y se fue directamente por el encuentro. Sin mucho adorno, el equipo campillero supo hacerse con las riendas de un encuentro que buscaba su Norte.

Sobre la pizarra, un equipo, bien plantado, con las consignas bien aprendidas y con el oficio que requiere una categoría dura; en definitiva, trabajado.

Y lo que venían buscando, lo encontraron en el 68 de encuentro. El 0-1 llegó tras una jugada por banda izquierda y asistencia al hueco donde un jugador libre de marca se la pone imposible a Johnny. Se habían puesto por delante y ahora el Zalamea tenía que poner sus argumentos futbolísticos sobre el campo…

Impotencia



Las sensaciones de estos 22 minutos son las peores que el Zalamea ha mostrado en todo lo que va de temporada. A estas alturas de encuentro sus argumentos futbolísticos habían sido meros escarceos individuales con apenas repercusión, y cuando quiso tener empuje colectivo apareció la impotencia y la desazón. Se han ganado partidos, sí; pero hay que diferenciar a los rivales que han ido tachando el calendario. El de ayer era un equipo que quiere aspirar de verdad a luchar por los puestos de cabeza, un equipo estructurado y trabajado.