Yo estaba en clase y no sabía ni poner los dedos, qué nervios, cuándo aprenderé yo… o quizás… me aburra antes.
Días tras días y ensayos tras ensayos, empezaba a intentar entonar unas partituras para hacer de ellas canciones sonadas o……., mejor dicho,……en un principio no conectaba más de dos notas seguidas, me faltaba hasta el aire…
¡Cuánta gente¡…. puffff ……..¿me equivocaré?
Recuerdo mi primer día con mucha gente en mi primera actuación, salí airoso, no se ha notado mucho mi actuación…. Ya llegará el día, no te preocupes.
Me gusta mi instrumento mamá, quiero seguir aprendiendo, ni tanto hijo, serás tan bueno como grande en persona.
Empecé a tocar bien, con ganas, con ilusión, disfrutando cada sonido, partituras, canciones, despejando en mí, sentimientos antes inexistentes, de verdad, disfruto y hago disfrutar a la gente, lo veo en sus rostros, con la mirada perdida en las imágenes, reflejadas bajo la luz de la luna.
Pero,…mi ilusión sería terminar poniéndole sonido a los pasos de mi nazareno, caminante de caminos llenos de tradición,… darte sentimiento con mis melodías para que no te sientas sólo……quiero caminar junto a ti, con los míos.
A veces, debemos pensar que muchos caminos de la mente pueden ser el día de mañana caminos de la realidad.
QUERIDO SOÑADOR, despierta porque tus sueños empiezan a hacerse realidad.
A mi gran amigo Diego.
Moisés Delgado Lancha