viernes, 2 de abril de 2010

Paso Triunfal de Nazareno



El Contraluz se hizo presente un año más cuando El Nazareno tiñó de madera enlutada los azules cegadores de la tarde. Dolía el Sol, dolía su rostro ensangrentado. Ayer volvió a labrarse el prodigio. Luz de abril, calles rebosantes y triunfo de una belleza espartana que presagia a la noche oscura.

Zalamea vivió ayer uno de sus momentos álgidos de la Pasión con la salida a las calles de El Nazareno en una tarde reluciente y soleada. Las temperaturas, algo más altas que en la jornada del miércoles, conformaron un marco de multitud en una Penitencia de luto.

Tras más de 50 años, el encuentro entre la Dolorosa y el Nazareno se volvió a realizar en la antigua confluencia con la antigua calleja de la Cárcel. Momento pleno en expectación que sirvió para que la tarde realzase momentos únicos e indescriptibles. Su pueblo, a los pies de las imágenes, cantó en el dolor. Ese dolor que tras los pasos de Cristo realizó su madre con el empuje de una cuadrilla de VALIENTES COSTALEROS.

En el encuentro mariano, donde coexisten en una estampa singular la exaltación y el tormento, el pueblo recorrió su barrio alto para alzar su grito de injusticia a los cielos y proclamar al Nazareno como Rey de Reyes.

Uno de los momentos más álgidos de la noche; el Jardín, donde los costaleros se dejaron el alma, y algo más, por complacer al gentío que se arremolinaba junto a la fuente para un giro sublime y conmovedor. Sonó la saeta, se hizo el silencio y los corazones vibraron con el rezo hecho canto que realizó Carlos Domínguez a las dos imágenes. Momento grande e inigualable para culminar una estación de penitencia plena en detalles y emociones.