jueves, 17 de agosto de 2006

Sabor Taurino, Sabor a Zalamea.

Cuando la memoria nos desvela el toreo eterno; y aficionados jóvenes y no tan jóvenes soñamos con aquellas tardes de toros que nos contaban y que muchos no pudimos disfrutar, levantamos la mirada y nos encontramos con un pueblo que desde antaño posee tradiciones inalteradas en el tiempo y es capaz de seguir disfrutando del arte de Cúchares. El arte puro de la tauromaquia.
Bien es verdad que los tiempos cambian, pero en Zalamea, al igual que su alta y esbelta torre, no cambia su gusto por el buen toreo, el de quietud y templanza; el toreo que hace que los naturales acompasados parezcan cortar al viento, sin intentar tirar del toro, sino mimar y cuidar su enbestida y hacer de la aspereza, temple y del toreo lo que es, la fiesta más bella y majestuosa que existe.
A su vez, este pueblo disfruta en esas charlas de casino en las que acompañadas por tragos de aguardiente, se especula sobre el cartel de feria. Cada caluroso agosto los vecinos de este pueblo barajan numerosos nombres de figuras, en su mayoría imposibles, para torear en este albero del coso zalameño. Y año tras año se sigue mascando la feria taurina desde bastante tiempo antes, lo que muestra a los fieles aficionados que, aunque los años pasen, cuando escuchan los primeros sones de la banda de música en la calle de La Plaza, difunden ese sabor taurino a cualquier rincón de nuestro pueblo hasta conseguir sentar, a muchos, en esas viejas gradas cansadas de ver tardes de toros, buenas y malas, porque de todo se aprende.
Fruto de tanto amor a la fiesta nace la Peña Cultural Taurina que como todos sabemos, entre muchos eventos, organiza el Pregón Taurino, antesala a la feria y acto ineludible, que de forma perspicaz nos hace soñar de nuevo con aquellas tardes de gloria en las que, para ver toros en Huelva, había que acudir a nuestro pueblo.
El pregón cumple este año su XIII edición y correrá a cardo de D. Francisco Javier Martín Consuegra Zorrero, el cual será presentado por D. Francisco José Sánchez García.
Este acto seguro nos hará al final despertarnos de aquel sueño y disfrutar de una de las pocas cosas que parecen escasear en las plazas de toros, el Sabor Taurino, y que alcanza la plenitud y que así sea, en nuestro particular templo del toreo: Zalamea la Real.

Eduardo Vázquez Zarza