La tarde del martes sufrimos las inclemencias de un temporal que causo daños de distinta índole. Venida de tierras africanas, la borrasca se coló por el golfo de Cádiz, haciendo estragos en su paso por la Península. Aires cálidos, que juntándose con las capas frías de altitud, formaron espectaculares tormentas eléctricas. Vientos de hasta 90 Km. /h., multitud de rayos, un tremendo calor y lluvia mezclada con arena del desierto.
En nuestro pueblo comenzó sobre las 18:00 horas, una “tormenta seca” que dejó los coches llenos de barro, puertas y porteras arrancadas, desmontando alguna que otra teja suelta, en definitiva, haciendo, por momentos, una inhóspita tarde de verano.
En las cercanías se podían vislumbrar, cuando se echó la noche, dos fuegos producidos por las incesantes descargas eléctricas. Uno en La Dehesa de Riotinto y otro en los términos de Santa Ana y Alajar. Noticias que han saltado a la luz pública, en los distintos medios, en el día de hoy. Pero en Zalamea se produjo un accidente que ha pasado desapercibido para la gran mayoría. Una de las cigüeñas que anidan en la torre, perdió la vida en la tarde del martes. El infortunio ligado con el fuerte viento hicieron que una de nuestras cigüeñas pereciera, tras quedarse una de sus patas enganchada a una cuerda que estaba en el nido. De todos es sabido, que estas aves utilizan todo tipo de utensilios en la elaboración del nido, en esta ocasión una cuerda se enredo de mala manera en una de sus patas, dejándola atada y limitando sus movimientos. Poco pudo hacer por salvarse, ya que el fuerte viento hizo que el animal chocara contra la pared de la Torre.
En la mañana de hoy ha sido retirado, por los operarios del Ayuntamiento, el cadáver de la cigüeña muerta, la cual aún permanecía enganchada a la cuerda, colgando desde su nido. Hay que descartar, de esta manera, la muerte por causas víricas, ya que en estos días salta la alarma cada vez que aparece un ave migratoria muerta, pero en este caso ha quedado muy clara la causa del fallecimiento.
En nuestro pueblo comenzó sobre las 18:00 horas, una “tormenta seca” que dejó los coches llenos de barro, puertas y porteras arrancadas, desmontando alguna que otra teja suelta, en definitiva, haciendo, por momentos, una inhóspita tarde de verano.
En las cercanías se podían vislumbrar, cuando se echó la noche, dos fuegos producidos por las incesantes descargas eléctricas. Uno en La Dehesa de Riotinto y otro en los términos de Santa Ana y Alajar. Noticias que han saltado a la luz pública, en los distintos medios, en el día de hoy. Pero en Zalamea se produjo un accidente que ha pasado desapercibido para la gran mayoría. Una de las cigüeñas que anidan en la torre, perdió la vida en la tarde del martes. El infortunio ligado con el fuerte viento hicieron que una de nuestras cigüeñas pereciera, tras quedarse una de sus patas enganchada a una cuerda que estaba en el nido. De todos es sabido, que estas aves utilizan todo tipo de utensilios en la elaboración del nido, en esta ocasión una cuerda se enredo de mala manera en una de sus patas, dejándola atada y limitando sus movimientos. Poco pudo hacer por salvarse, ya que el fuerte viento hizo que el animal chocara contra la pared de la Torre.
En la mañana de hoy ha sido retirado, por los operarios del Ayuntamiento, el cadáver de la cigüeña muerta, la cual aún permanecía enganchada a la cuerda, colgando desde su nido. Hay que descartar, de esta manera, la muerte por causas víricas, ya que en estos días salta la alarma cada vez que aparece un ave migratoria muerta, pero en este caso ha quedado muy clara la causa del fallecimiento.