Como veis aquí en Rahovec también leemos “La voz de Zalamea” y “Zalamea… la otra mirada”, esta ultima desplazándonos hasta un ciber para así enterarnos de las cosas que pasan por nuestro pueblo, del que me acuerdo mucho pues allí tengo buenos amigos y la verdad es que me lo he pasado muy bien las veces que he estado allí, y al que espero volver algún día.
Quiero mandarle recuerdos a todas las familias que acogieron en sus casas a los niños de Kosovo y en especial a la mía: Mari, Eusebio, Nacho y Eu, y a todos mis amigos.
Prometo escribir más veces en estos periódicos y contaros cosas que pasan en mi pueblo, Rahovec.
Hasta pronto, abrazos para todos.