Los miembros de la otra mirada hemos querido visitar un lugar que en los próximos días se verá inmerso en el ajetreo propio de la preparación de trajes y decoración que adornarán nuestras calles durante las próximas jornadas musulmano-cristianas. Tras subir sus escaleras llegamos al local de Jara, que poco a poco se va llenando de telas y costureras. En ese momento sólo estaba allí nuestra vecina Conchi, encargada de organizar el trabajo del taller de costura. Entre foto y foto, nos iba explicando el desarrollo de este taller a lo largo de las dos pasadas jornadas.
El comienzo de esta historia lo sitúa hace tres años, cuando uno de los miembros de la Asociación Cistus Jara, comenta la idea de organizar en nuestro pueblo un evento que transporte en el tiempo, por un fin de semana, a los habitantes de Zalamea. La idea cuajó y como resultado de ella desde entonces se vienen preparando durante un fin de semana de verano las jornadas que el próximo 28, 29 y 30 de julio llegarán a su tercera edición. La primera preocupación que rondó la mente de estas personas era la participación popular necesaria, para organizar este tipo de actos, en los que se necesitaban muchas personas que estuvieran dispuestas a colaborara vistiéndose con trajes de época. En un principio, surgió la idea de alquilar los trajes, pero era algo excesivamente caro. Una vez desestimada esta primera propuesta, se optó por otra opción… ¿ por qué no comprar los trajes la propia asociación y así tenerlos en propiedad para años posteriores?. Pero la idea quedó en nada, pues era más caro aún que lo anterior.
Después de muchos quebraderos de cabeza, Conchi López dio una solución, que a la larga, sería la escogida: ¡¡un taller de costura!!.
Aprobada esta idea, Conchi se compromete a organizar las distintas actividades del taller como pueden ser comprar las telas, medir a las personas, hacer los patrones, cortar los trajes y confeccionarlos. Así las personas que estaban interesadas en realizarse un traje, simplemente debían pagar la tela que se utilizara para su traje.
Una vez planificado el proceso por el que se iba a regir el taller, fue el momento por el que se procedió a encontrar personas que colaboraran en él y así con la llegada de algunas mujeres, se dio inicio a lo que en estos días vuelve a convertirse en jornadas ajetreadas, que duran hasta altas horas de la noche, especialmente cuando se van acercando los días de las jornadas.
Nuestra conversación llegó a su término y agradeciendo su colaboración, la dejamos en la labor de medir a algunas personas que esperaban su turno. Así que ya sabéis, si estáis interesados en formar parte de estas jornadas medievales bajo el papel de moros y/o cristianos, sólo os tenéis que pasar por la sede de la asociación, en los altos del Hogar del Pensionista para que os tomen medidas.
El comienzo de esta historia lo sitúa hace tres años, cuando uno de los miembros de la Asociación Cistus Jara, comenta la idea de organizar en nuestro pueblo un evento que transporte en el tiempo, por un fin de semana, a los habitantes de Zalamea. La idea cuajó y como resultado de ella desde entonces se vienen preparando durante un fin de semana de verano las jornadas que el próximo 28, 29 y 30 de julio llegarán a su tercera edición. La primera preocupación que rondó la mente de estas personas era la participación popular necesaria, para organizar este tipo de actos, en los que se necesitaban muchas personas que estuvieran dispuestas a colaborara vistiéndose con trajes de época. En un principio, surgió la idea de alquilar los trajes, pero era algo excesivamente caro. Una vez desestimada esta primera propuesta, se optó por otra opción… ¿ por qué no comprar los trajes la propia asociación y así tenerlos en propiedad para años posteriores?. Pero la idea quedó en nada, pues era más caro aún que lo anterior.
Después de muchos quebraderos de cabeza, Conchi López dio una solución, que a la larga, sería la escogida: ¡¡un taller de costura!!.
Aprobada esta idea, Conchi se compromete a organizar las distintas actividades del taller como pueden ser comprar las telas, medir a las personas, hacer los patrones, cortar los trajes y confeccionarlos. Así las personas que estaban interesadas en realizarse un traje, simplemente debían pagar la tela que se utilizara para su traje.
Una vez planificado el proceso por el que se iba a regir el taller, fue el momento por el que se procedió a encontrar personas que colaboraran en él y así con la llegada de algunas mujeres, se dio inicio a lo que en estos días vuelve a convertirse en jornadas ajetreadas, que duran hasta altas horas de la noche, especialmente cuando se van acercando los días de las jornadas.
Nuestra conversación llegó a su término y agradeciendo su colaboración, la dejamos en la labor de medir a algunas personas que esperaban su turno. Así que ya sabéis, si estáis interesados en formar parte de estas jornadas medievales bajo el papel de moros y/o cristianos, sólo os tenéis que pasar por la sede de la asociación, en los altos del Hogar del Pensionista para que os tomen medidas.