lunes, 8 de mayo de 2006

Zalamea se desvinculó de la Mancomunidad

La concesión extraordinaria de un paquete de cinco talleres de empleo por parte de la Consejería de Empleo para contrarrestar el enorme daño ocasionado por el virulento incendio del verano de 2004 ha puesto de relieve un nuevo caso de localismo en la Cuenca Minera. Una actitud concebida por diversos alcaldes de la zona como uno de los principales problemas que debe atajar la comarca para alcanzar el desarrollo socioeconómico, ya que entienden que esta meta sólo es posible si los siete municipios que constituyen la Cuenca caminan de la mano, bajo la unión y el consenso.
El foco de las críticas de diferentes regidores socialistas se dirigió en este caso al Ayuntamiento de Zalamea la Real, uno de los cinco municipios afectados por aquel fuego. Al igual que Nerva, Minas de Riotinto, El Campillo y Berrocal, Zalamea la Real presentó un proyecto a través de la Mancomunidad, organismo al que los diferentes consistorios tienen transferidas de manera voluntaria las competencias en materia de talleres de empleo y escuelas taller, pero a continuación puso en marcha otro que había diseñado al margen del ente mancomunado. Por tanto, mientras el resto de talleres, de 24 alumnos cada uno, es gestionado por la Mancomunidad, el de Zalamea la Real es dirigido de manera independiente por el Ayuntamiento de esta localidad.
No obstante, esta decisión, aunque localista, influyó poco en la distribución de los alumnos, ya que, a excepción del de Berrocal (en el que ante la escasez de desempleados susceptibles de ser seleccionados trabajan diversos ciudadanos de Campofrío, La Granada de Riotinto y Nerva), las 24 vacantes de cada taller fueron completadas por habitantes de la localidad beneficiaria. Mayor gravedad puede imputarse, bajo el punto de vista de dirigentes socialistas de la comarca, la reclamación posterior del alcalde de Zalamea la Real, Marcos García (IU), que "reivindicaba la inclusión de zalameños en los programas de empleo de los otros municipios". Una petición que Marcos García apoyaba en que el taller de Zalamea la Real había sido concedido al margen de la Mancomunidad y a la cual no accedieron los regidores de los otros municipios.
Desde diferente perspectiva analiza el tema el alcalde de Zalamea la Real, que entiende que el taller de empleo que restaura la antigua estación zalameña del ferrocarril no guarda ninguna relación con las ayudas por el incendio, al mismo tiempo que asegura que la única razón por la que se ejecuta ese proyecto y no el presentado a través de la Mancomunidad es que es el que ha concedido la Consejería de Empleo. Por todo ello, Marcos García insiste en la legitimidad de la selección de alumnos zalameños en los otros cuatro programas financiados, en parte, con la aportación de todos los ayuntamientos a la Mancomunidad. Al final, el asunto se zanjó con un compromiso del ente mancomunado de afrontar también los gastos no subvencionados por la Consejería de Empleo del taller que se desarrolla en Zalamea la Real y que, en caso contrario, hubieran corrido a cargo del Ayuntamiento de esta localidad. Sin embargo, en palabras del alcalde zalameño, "aún no se ha formalizado este acuerdo".
En este sentido, Marcos García reflexionó que "más que de un caso de individualismo se trata de un agravio comparativo con Zalamea la Real por parte de la Mancomunidad". Una acusación que argumenta el regidor zalameño al denunciar que el organismo comarcal descartó la presentación de un proyecto relacionado con la residencia de mayores de Zalamea la Real junto a los que se iniciaron entre abril y junio de 2005 en Minas de Riotinto, El Campillo y Nerva.
En cambio, fuentes técnicas del ente mancomunado aseveran que ese proyecto al que alude Marcos García ha sido presentado en varias ocasiones a la Consejería de Empleo con el rechazo siempre como respuesta al no tratarse de una obra que deje un resultado material que certifique la productividad del taller de empleo.

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