lunes, 15 de mayo de 2006

Primeros días de romería


Como todo lo que empieza, El Romerito, nuestra romería de mayo ha concluido marcando una nueva cuenta atrás para el próximo año.
Retrocediendo en el tiempo nos situamos ahora en el que parece ya lejano, viernes 12 de mayo, día en el que dio comienzo todo alrededor del recinto romero.
Las cuatro era la nueva hora fijada para el inicio del camino hacia la finca en la que se ha llevado a cabo la fiesta. La temprana y no habitual circunstancia de la hora hizo que la presencia de personas en la calle San Sebastián se viera un tanto mermada respecto a otros años, algo que se vio apoyado con el intenso calor que reinaba a esas horas de la tarde. Aún así el ánimo de los presentes en ese lugar no decayó y la romería comenzó a caminar por las calles, tras escucharse una salve a la Divina Pastora en las Puertas de su Ermita, hasta llegar al primer cruce de la carretera N-435 proveniente de la calle Don Francisco Bernal. Las Crucecitas les dio la bienvenida y vistió su asfalto de colores de volante, flores y cantes que iban subiendo hacia el carril del Pilar Nuevo, con una comitiva que ha crecido en número de carrozas, que entre hojas de palmeras, farollillos, cortinas y banderitas iban discurriendo hacia la parada dispuesta en el restaurado y adecentado Pilar Nuevo. Tras ser encalado este pilar desconocido para muchos, por no situarse tan cercano al casco urbano, y limpiado su entorno hemos recuperado para este nuevo camino un lugar que sirvió de zona de convivencia para los muchos romeros que se daban cita en ese lugar. Allí el mayordomo invitó a las personas que se acercaron a la zona en la que al Divina Pastora y el Simpecado de la Santa Cruz se situaban, junto a las claras y cristalinas aguas que eran removidas por las personas que buscaban en su frescor un alivio a las altas temperaturas que se registraron y que caracterizan a este tipo de fiestas de Andalucía. Prosiguió la fiesta hacia el Romerito y tras volver a cruzar la carretera entró ya en el carril propio de la finca, a la que se accedió bajo el arco, desde donde se tomó la cuesta de la Ermita, lugar donde entraron aproximadamente la cruz y la Virgen a las nueve y media de la noche entre vivas y cantes. Todo comenzó pues desde ese momento, y la fiesta se repartió por casetas, casas y casa de Hermandad bajo las luces de un mayor número de focos, otra de las novedades del 2006, y candelas, ya tradicionales de otros años que alumbraron el vaivén de personas que llenaron los carriles para disfrutar la noche y visitar a los amigos en sus respectivas casas.
Sones de tamboril, como el resto de la semana por las calles del pueblo, dieron la bienvenida al nuevo día, sábado de romería, en el que las comidas populares en casas y encinas llenaron un caluroso y polvoriento día.