Befesa modificará el sistema de almacenamiento de los residuos cubriéndolos con capas de tierra. "Daría por bien empleado el último incendio si todo sirve para reforzar la seguridad", afirma Molina.
El cierre cautelar de las instalaciones del vertedero de residuos industriales de Nerva decretado por la Junta de Andalucía el pasado 12 de julio tras el último incendio registrado en sus instalaciones ha llevado la intranquilidad a las zonas fabriles de Huelva, Cádiz y Sevilla, que no tienen capacidad para almacenar y mucho menos tratar los desechos que generan. Los ecologistas y el Ayuntamiento nervense se inclinan por el cierre de las instalaciones después de 14 años de vida. La gestora de la planta, Befesa, se ha comprometido con la Junta de Andalucía a implementar medidas que garanticen la seguridad de una instalación que resulta, hoy por hoy, clave para el funcionamiento del tejido industrial andaluz. El presidente de la filial de Abengoa, Javier Molina Montes, cree que la empresa, la Junta, empresarios, Ayuntamiento, políticos y la sociedad en general "debemos crear un ambiente positivo para el normal desenvolvimiento de la actividad".
-Cuando hace más de una década el Pleno municipal de Nerva respaldó el interés social de la planta y dio luz verde a su construcción lo hizo con el compromiso empresarial de acoger sólo residuos procedentes de Andalucía occidental, pero hoy llegan de otros lugares de España y de la UE.
-El 75% de los residuos tratados proceden de Andalucía occidental y me permito incluir en este área geográfica a la provincia de Badajoz porque tiene sentido dentro de la gestión medioambiental. Esa filosofía no ha cambiado. Quizás hoy se hayan recibido más residuos de otras áreas que en años anteriores. La razón es económica pues se ha paralizado la producción industrial en Andalucía y se han buscado otros mercados.
-¿Befesa asumió el compromiso de instalar otras empresas en la comarca? Al margen del vertedero, no hay ninguna.
-Ese compromiso fue más bien político antes que empresarial. No obstante, Befesa ha planteado inversiones en la zona que no han salido por falta de consenso político. Abengoa ha estudiado otras apuestas, por ejemplo, de energía solar, pero se han desechado porque la zona no reunía las características geográficas necesarias para albergarlas.
-El último incendio en Zarandas no ha hecho sino aumentar la desconfianza ciudadana. ¿Se saben ya las causas del siniestro?
-La investigación no ha finalizado pero todo apunta a que la fermentación de residuos causa un incremento de temperatura. Estamos convencidos de que las conclusiones finales irán en esa misma línea pues los dos últimos siniestros han tenido el mismo origen. Para ser objetivos, hay que subrayar que en 14 años se han producido media docena de incendios y solo la mala fortuna ha hecho coincidir dos en los últimos meses.
-¿Befesa ha remitido ya a la Consejería de Medio Ambiente los datos requeridos?
-Está en sus manos toda la documentación, incluido el desarrollo de un plan que incluye ambiciosas medidas correctoras para que en el futuro no se repitan estos incidentes o sean difíciles de producirse. La gestión de residuos que realizamos en la planta está por encima de los requerimientos legales marcados. El plan corrector diseñado tendrá un coste adicional, de recursos humanos y consumo de la capacidad de los vasos destinados a acoger los residuos, al ir recubiertos con capas de tierra. Eso conllevará de alguna manera acortar la vida de la instalación. Daría por bien empleado el último incendio si todo sirve para reforzar la seguridad.
-¿Descartan por completo la mezcla de residuos tóxicos y peligrosos como origen del incendio?
-Lo descartamos absolutamente. Befesa Nerva hace una gestión correcta de los residuos que trata. Tenemos estándares de trabajo muy exigentes, superiores incluso a los que apunta la legislación actual, avalados por las normas ISO 9000, ISO 14000 o EMAS, además de auditorías externas. Rechazo de plano las acusaciones de gestión inadecuada de los residuos que se han vertido desde instancias ecologistas. En otras ocasiones también se han presentado denuncias y han sido archivadas.
-¿Se han producido fallos en el control de los residuos que llegan a Zarandas?
-Pocas instalaciones tienen el nivel de control que existe en Nerva y que se ha hecho durante estos trece años de funcionamiento. El control es permanente, al igual que la vigilancia. Y la Consejería de Medio Ambiente cumple muy bien sus funciones de vigilancia. Befesa no gestiona ningún residuo ajeno a la lista incluida en la Autorización Ambiental Integrada (AAI). Creo que sobre la planta nervense se ha situado un foco muy potente. En el caso de la denuncia de la Guardia Civil se realizó una evacuación de agua, una operación muy normal, y tenemos el pleno convencimiento de que se hizo correctamente como así lo dicen las muestras tomadas. Las aguas vertidas (al río Tinto) eran pluviales, no contaminadas.
-¿Se le ha dado el tratamiento que exige la ley a los residuos industriales procedentes de Italia que han sido admitidos y gestionados por Befesa?
-Desde luego no han llegado a Nerva las 80.000 toneladas autorizadas y publicadas. Se han traído residuos peligrosos y no peligrosos y se le ha dado el tratamiento correcto en todo momento. Esos mismos residuos han ido en otras ocasiones, también desde el país transalpino, a Alemania, Francia y Holanda, países nada sospechosos. Hay que darle normalidad al tráfico de residuos dentro de países de la UE.
-¿Dónde se ha llevado a cabo el proceso de inertización?
-Befesa tiene dos centros en funcionamiento, uno en Palos, que está en proceso de cierre, y otro en Nerva. Creo que en el caso de las denuncias en Palos ha habido mala fe, los denunciantes son arte y parte del proceso.