Me veo obligado a sacar a la luz
pública este breve escrito, asumiendo el riesgo cierto que conlleva entrar en
el cieno donde se arrastran, con mucha soltura, algunos personajillos. Son muy pocos,
afortunadamente, pero “haberlos, los hay”.
He leído atónito en la Voz de
Zalamea que ponen en mi boca, como Delegado Provincial de Cultura, la siguiente
expresión: … quien declaró que “no invertirían un céntimo en la restauración de la
iglesia de Zalamea y que solo intervendrían para apuntalarla”.
Esto es una tremenda mentira,
digna de la baja categoría moral del individuo que lo escribe.
Yo no tengo que descubrir o
demostrar, a estas alturas, mi compromiso personal e institucional con el
patrimonio zalameño. Todo ello, tanto con el denominado como histórico: desde el
apoyo a la restauración de la Virgen de Ureña hasta el Conjunto Dolménico de El
Pozuelo, pasando por la colaboración con obras en ermitas e incluso en la
propia iglesia local; y también, más recientemente, creo que algo he tenido que
ver en todo lo realizado y que ha enriquecido, también patrimonialmente, a este
pueblo: piscina, campo de futbol, teatro, plaza de toros, pistas deportivas, locales
sociales, polígono industrial, vestuarios del campo de fútbol, instituto,
pabellón, etc…
En esta burda maniobra de MIENTE
QUE ALGO QUEDARÁ actúa y se mueve este señor, intentando que se borre la
historia reciente de este pueblo, para que posteriormente solo “reluzca” quién nos
podemos imaginar y así alimentar su ego personal. ¡Si, ya sé que repetimos mucho
lo de los logros que anteriormente he citado!; pero, yo lo voy a seguir
haciendo una y mil veces más. No puedo ni voy a permitir que en Zalamea se
reproduzca la misma estrategia que llevan a cabo los seguidores del Estado
Islámico, cuando destruyen en sus países el valioso legado patrimonial (la
historia), para que solo se recuerde lo que les interesa y lo demás … “no ha
ocurrido nunca”.
Además, en la misma “revista”,
hay un artículo donde con un -hasta luego- se anuncia que se suspende
temporalmente la edición de la misma. Pues, a lo mejor, esa temporalidad es más
corta de lo que él se cree, pues puede que la justicia le obligue a rectificar
esa vulgar falsedad en el mismo medio que lo publicó.
Yo le desafío a que reproduzca y
aporte pruebas donde yo, en qué lugar y cuándo, como Delegado o como Vicente
Zarza, he dicho o escrito lo que él da por seguro en La Voz de Zalamea. Si no
lo hace inmediatamente, me reservo mi derecho a emprender las acciones legales que
me aconsejan ya desde el servicio jurídico, contra el autor del artículo (que,
por cierto, nadie firma).
Vicente Zarza Vázquez
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