Este mosaico de paisajes y lugares emblemáticos de los alrededores de Zalamea está animado por la figura de El Greco, al que el autor profesa una especial veneración (junto a los otros tres maestros de la pintura universal: Velázquez, Goya y Picasso). El amplio espacio sobre la vieja estación del tren minero de Riotinto acentúa la sensación de encontrarnos entre lo clásico y lo moderno, ensamblados por trozos reconocibles como la mano, el pilar y, sobre todo, el rostro de uno de las figuras del genial pintor cretense al que dotamos con su colorido puesto al día dado que la obra, de 75 x 75 centímetros está realizada con pintura acrílica sobre tela. La composición está resuelta a base de capas superpuestas, a lo lejos, unas casitas blancas de tejados rojos se arremolinan sobre la vieja torre.
Vicente Toti
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