sábado, 13 de junio de 2015

“… Muchos sacerdotes nos vemos frustrados en la tarea de formar a los jóvenes”. Manuel Cirilo, párroco de Zalamea la Real.


A pocas horas del emotivo homenaje que recibirá nuestro cura - párroco, desde Zalamea... la Otra Mirada nos hemos querido acercar a él, D. Manuel Cirilo, para que nos impregne con sus distintos puntos de vistas sobre varios aspectos.

¿A qué edad se ordenó como Sacerdote? ¿Cuáles eran sus inquietudes por aquel entonces?
A los 23 años. Mis inquietudes como cualquier sacerdote joven o maduro era llevar el evangelio a todos, especialmente a los jóvenes y ayudar a la gente en todas sus necesidades; personalmente o a través de las obras de la Iglesia: Cári
tas o Manos Unidas. 

¿Era más fácil decidir ser cura hace 50 años que ahora?
Cada tiempo tiene sus características y su afán. Los primeros años coincidió con una Iglesia que despertaba al mundo por medio del Concilio Vaticano II. Fueron años entre los 60 y 80 de una primavera de la Iglesia. Tiempo que añoramos los sacerdotes de nuestra edad.

Comparta con nosotros sus primeros recuerdos en Zalamea la Real, ¿Cómo le acogió el pueblo? ¿Nos podría contar alguna anécdota de su llegada?
Los primeros momentos fueron de mucha ilusión, como si fuera un nuevo estreno de mi sacerdocio. El pueblo en general me acogió muy bien. Con la sorpresa de “algo” nuevo, desde lo externo hasta mi forma de ser y de actuar. Bien es verdad que estuve muy bien arropado por el grupo de catequistas, con Ángeles Mora al frente, y muchos jóvenes con los que tuvimos muy buenas experiencias de convivencias y actividades.
Como anécdota ‘graciosa’, puedo contar que algunas personas decían que yo era “porreta” porque me sentaba en el Paseo Redondo con la juventud como uno más.

Zalamea cuenta con unas tradiciones religiosas muy arraigadas, ¿qué se siente y cómo se gestiona toda esa Fe siendo el guía espiritual?
Siendo el guía espiritual, se siente un doble sentimiento:
1. El sentimiento de esperanza: el pueblo mantiene las tradiciones religiosas que ha procurado mantener e incluso dignificar y acrecentar.

2. El sentimiento de pesar o frustración: estas nuevas generaciones que se incorporan a practicar y vivir estas tradiciones se quedan a veces en lo superficial y externo, sin ahondar ni descubrir el seguimiento y desconocimiento de Jesús de Nazaret y su Iglesia; perdiendo una estupenda oportunidad de vivir una experiencia cristiana no puntual, sino referencial al Evangelio y la práctica sacramental como es la participación dominical de la Eucaristía. Creo que todo es debido a la falta de formación religiosa actual existente. Y en esto me consta que las dos Hermandades están en esta labor, pero…

¿Cómo debería de gestionar la Parroquia y las hermandades el relevo generacional que traen los jóvenes con su involucración en el apartado religioso?
Con la respuesta anterior contesto a esto… Muchos sacerdotes nos vemos incapacitados y frustrados en esta tarea: formación, formación y más formación. Ahora, ¿cómo se puede realizar esto? Creo que con diálogo serio y sereno podemos dar unos primeros pasos. La Parroquia siempre ha hecho oferta y la seguirá haciendo sin descanso para cumplir este objetivo. Testigo de esto, te digo que lo pueden atestiguar los Hermanos Mayores de las Hermandades. Me consta, que ellos también sufren por esta triste situación.

¿Es de los que cree que hacen falta cambios importantes en la Iglesia?
El cambio: Mirar al Jesús del Evangelio y dejarme impregnar por su Espíritu, desprendiéndonos de todos los prejuicios y estereotipos trasnochados. Los cambios vendrán por su peso, como siempre ha sido en la historia de la Iglesia. Bien es verdad que el testimonio de la Fe, Esperanza y Caridad de los Cristianos, todos, consagrados y seglares es imprescindible. Cambios estructurales sí hacen falta: menos clericalismo, una Iglesia que huele a estiércol como bien dice nuestro Papa Francisco. En definitiva, una Iglesia más humana, más cercana a la que no le sean ajenas las alegrías y dolores de los hombres de nuestro tiempo, especialmente, los más pobres y débiles, como dijo en el año 1965 el Concilio Vaticano II.

¿Le gusta el nuevo Papa?
La pregunta no tiene otra respuesta. Desde que salió al balcón del Vaticano hace dos años nos cautivó a todos. Creo que tanto bien hace a los católicos como a los agnósticos. 
Sus labios tanto dentro de la Iglesia, como hacia fuera, es de un hombre de Espíritu.

Todos sabemos que la Iglesia y su torre están sufriendo un deterioro sucesivo en su interior y exterior,  ¿qué medidas inmediatas contempla la parroquia para su conservación?  
Hay un proyecto supervisado por la Consejería de Cultura y el Obispado, de una reparación total del templo. Valorado, hablando en pesetas, 62 millones. El proyecto lo ha pagado la Parroquia al Sr. Arquitecto cuyos honorarios han sido de 3 millones de las antiguas pesetas.
Teniendo en cuenta que está declarada como monumento BIC (Bien de Interés Cultural) según los acuerdos Iglesia – Junta de Andalucía se reparten en 3 formas de pago: Una parte importante (50%) la Consejería y la otra parte, a partes iguales (25%) entre la Parroquia y el Ayuntamiento.
La parroquia ya ha adelantado los honorarios del Sr. Arquitecto que como repito, son 3 millones de pesetas.

Mientras tanto, la asociación de Amigos del Patrimonio, está paliando algunos desperfectos de la ladrillería exterior. Desde estas líneas quiero agradecer esta labor sin ánimo de lucro llevada a cabo por la mencionada asociación. 

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