viernes, 11 de abril de 2008

La gran falsa de la justicia franquista

No puede nadie en absoluto probar que se ha cometido en ningún pueblo, en ninguna parte, la villanía de asesinar a una persona” (declaraciones de Gonzalo de Queipo de Llano el 3 de agosto de 1936 en el ABC)…”Sí tiene razón en una cosa”, nos comentaba José María García Márquez en la conferencia del martes…”lógicamente, no se podía comprobar”.

El historiador José María García Márquez nos deleitó con una conferencia plena de conocimientos y bajo una plática entretenida y didáctica. En su proceso de documentación, José María, ha elaborado un trabajo muy interesante, donde ha copilado una amplísima documentación sobre la Guerra Civil en la provincia de Huelva.

Antes de entrar las tropas falangistas, nos contaba José María, que la situación en Zalamea la Real no fue distinta a la de otros pueblos. Momentos previos donde cundió el nerviosismo y los sindicatos se encargaron de armarse con las escopetas de los Guardias Civiles y se creo un Comité de Defensa o “Frente Circunstancial”. Desde el primer momento se intentó mantener el orden y controlar los actos vandálicos.

Como nota curiosa, significó, que desde la CNT y la UGT se hicieron llamamientos para que los trabajadores no hicieran revueltas, no pertrecharan robos y no quemaran las imágenes de la Iglesia. Cándido Caro Valonero, alcalde de la época, organizó un Comité de Abastos para buscar alimentos y abastecer al pueblo de necesidades. El alcalde se encargó personalmente de dirigirlo colocando a 4 concejales suyos en el Comité.

Tras la entrada de las tropas, todo fue distinto y según José María, las ejecuciones se iban haciendo sobre la marcha y bajo unos criterios jurídicos muy subjetivos. Se hacían acusaciones irrisorias que condenaban a la muerte a personas inocentes. El conferenciante mostró los documentos originales donde se podían leer las sentencias de la época. Imputaciones que, sin pruebas, desacreditaban a las personas bajo acusaciones de criminales y saqueadores. “La gran falsa de la justicia franquista”, así se pronunció José María, poniendo de ejemplo claro la muerte del alcalde Candido Caro Valonero.