sábado, 8 de julio de 2006

Gran final del Campeonato de Fútbol Sala

El fútbol sala, juego en equipo, se convierte en espectáculo cuando sobre el terreno de juego se congregan una serie de ingredientes: buen juego, emoción, calidad, goles y el añadido de una afición que se vuelca con su equipo. En el día de ayer todos estos componentes se dieron cita sobre el rojo cemento de las pistas deportivas del Colegio San Vicente Mártir. El desarrollo del torneo había colocado en la final a dos conjuntos diferentes procedentes de pueblos distintos que hizo que la numerosa afición se decantanse por los locales. Desde Minas de Riotinto luchaba por el título del veterano campeonato zalameño, el equipo de Los Popis, formado por jóvenes y talentosos jugadores que saben interpretar de manera excelente el arte del toque del deporte balompédico menor. Al otro lado, los colores rojo y blancos de la escuadra Teranga, formado por jóvenes jugadores zalameños que no se vieron intimidados ante el buen hacer del equipo riotinteño. En las gradas una númerosa presencia de espectadores: camisetas rojas, pompones y pancartas adornaban la masa humana. Todos volcados con el equipo zalameño que generó un gran ambiente pocas veces vividos en las finales de la competición. Ellos se encargaron de meter en situación al equipo zalameño, con cánticos, ovaciones ante las oportunidades y goles de los integrantes de Teranga.

El partido comenzó, con un homenaje a Carmen Pilar en las que Los Teranga exhibieron camisetas en recuerdo de la joven zalameña.
A la hora programada, comenzó el envite, con unos primeros momentos de fuerte presión del equipo visitante. Muchas y grandes ocasiones de gol disfrutó el equipo riotinteño en los primeros lances del encuentro. Ante ello, surgió la figura de Juan Centeno, que en la portería dio un recital de múltiples y sorprendentes paradas que terminó por desquiciar a los atacantes visitantes. Sin duda el mejor jugador de la final, con actuaciones decisivas y que convirtió en casi infranqueable el marco zalameño. El público reconoció la labor del portero de los Teranga con ovaciones en diferentes tramos del partido. Estas actuaciones, terminaron por dar confianza al equipo zalameño, que se quitó de encima la presión de Los Popis, tratando en igualdad al equipo oponente. Con un sistema de cambios rotativos, Manuel Romero, David Rocha, Eusebio Romero, Ignacio Romero, Marcos Castilla, José Trigo, Carlos García y Miguel Angel empezaron a poner en aprietos al equipo blanco, produciéndose un intercambio de goles, que aumentaron la intensidad del partido y la emoción vivida que tras los goles zalameños saltaban en las gradas celebrando los goles locales. Con un resultado de 3-3 finalizó el partido haciendo que el título tuviera que decidirse en la prórroga. En ella comenzó fuerte el equipo de los Teranga, poniéndose por delante el equipo local. La afición disfrutaba del impresionante ambiente creado y presagiaba la victoria del equipo rojo. Sin embargo el equipo de Minas de Riotinto consiguió equilibrar el partido con un nuevo tanto, dando todavía más emoción al lance. Lucha e intensidad describió esos instantes del partido, hasta que la decepción en forma de gol, llegó a las instalaciones deportivas. Los Popis, se ponían por delante del marcador, cuando el tiempo restante de la prórroga se iba agotando. Todavía tuvo el equipo zalameño algunas ocasiones de empatar el partido, pero la suerte no estuvo de cara, dándose por finalizada la final con el resultado de 5 a 4 a favor de los Popis. Por parte zalameña anotaron los goles David Rocha, en dos ocasiones, Ignacio Romero y Carlos Castilla.

Gran partido por parte de ambos equipos, que hicieron vibrar al público asistente de momentos de emoción y buen juego, en un ambiente especial creado para la ocasión. En cuanto a la final de consolación, El Dream Team se llevó el duelo local ante Los Carnacas consiguiendo el tercer puesto del torneo, que en esta edición, a pesar de la disminución de equipos, han brindado al aficionado zalameño, momentos de gran juego, culminado con una final en mayúscula, en la que el numeroso público se integró y dotó al envite de momentos mágicos.