Las minas de Huelva prevén reanudar su explotación el próximo año después de su cierre en 2000
El próximo noviembre será una fecha clave para uno de los yacimientos mineros andaluces con más historia: las minas de Riotinto. La empresa española Emed Tartessus, filial de la multinacional chipriota Emed Mining, espera cerrar el proceso administrativo del proyecto que promueve en Minas de Riotinto (Huelva). La mina, en la que ya exploraban sus recursos civilizaciones como la tartésica, tuvo su mayor apogeo a final del siglo XIX, en manos de los ingleses. Desde entonces ha producido de forma intensiva cobre, azufre, oro y plata hasta su cierre en 2000 por el bajo precio del cobre.
Emed Tartessus decidió en 2007 reflotar la actividad minera dado el nuevo escenario del mercado favorable a los precios de los metales. La La empresa confía, tras un arduo y complejo proceso de tramitación, culminar en noviembre el proceso administrativo en el que lleva invertidos 100 millones de euros. En ese horizonte prevén obtener los permisos por parte de la Junta para la autorización de la transmisión de los derechos mineros necesarios para la explotación de la mina y la Autorización Ambiental Unificada (AAU). Esos permisos abrirán la puerta para comenzar “los trabajos de modernización y la puesta a punto de las instalaciones mineras y la solicitud del resto de permisos. Si todo va bien, podemos empezar a producir cobre a finales de 2014”, destacó Fernando Araúz de Robles, director gerente de Relaciones Institucionales de Emed Mining España.
La empresa asegura que está puliendo al máximo los últimos condicionantes propuestos por la Administración para que esa fecha marcada en el calendario no sea un espejismo. Los derechos mineros no se pueden autorizar sin contar previamente con la Autorización Ambiental Unificada. El retraso en la obtención de ese permiso, esencial para poder operar, ha sido provocado por las modificaciones técnicas que la empresa ha tenido que acometer en su proyecto inicial con respecto a la gestión de las presas de estériles. La Junta ha sido contundente a la hora de exigir seguridad en la gestión de las presas para evitar desastres ecológicos como el de Aznarcóllar. Para ello, la empresa tuvo que reajustar el proyecto inicial y recrecer el muro de presa a la altura previamente autorizada y certificar la capacidad de almacenamiento suficiente según los planes de producción, entre otros factores técnicos que la empresa ha debido corregir en su proyecto.
El calendario de autorización de permisos parece ser compartido por la Administración Autonómica. El consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Antonio Ávila, expresó la semana pasada su confianza en que “a final de año” estará culminado el procedimiento. El Gobierno andaluz ha condicionado siempre el visto bueno del proyecto al cumplimiento de unos rigurosos requisitos ambientales, sociales y económicos. El temor radica en que una comarca, como la Cuenca Minera, con el 50% de paro y castigada por el cierre de la minería metálica, se coloque una vez más en el precipicio cuando las condiciones del mercado no resulten tan rentables. Ávila remarcó que el proyecto debe contar con todas las garantías, “económicas, sociales, medioambientales”.
Emed Tartessus, al comprar la mina en 2007, no sólo adquirió un yacimiento con profundas raíces históricas. La mina, que en su día poseyó la explotación a cielo abierto más grande de Europa, venía acompañada de una complejidad de carácter empresarial, legal y ambiental, que ha tenido que ir capeando, como piedras en el camino, la empresa. Una de esas piedras ha residido en los derechos mineros y otra en la propiedad de los terrenos. Emed Tartessus adquirió en 2007 los derechos mineros de la empresa Mantesur Andévalo, su anterior propietaria. El Tribunal Supremo daba este año la razón a la Junta de Andalucía en su denegación a la transmisión de los derechos mineros a Mantesur, lo que allanaba el camino a la multinacional chipriota para obtener el permiso. El fallo del Supremo legitima a la Emed Tartessus a solicitar la transmisión de la titularidad.
Por otro lado, los terrenos de la mina estaban troceados en manos de distintos propietarios. La definición de su titularidad no ha estado exenta de polémica. Emed Tartessus adquirió en 2007 la mina, la planta y parte del depósito de estériles de Mantesur Andévalo. El año pasado compró el resto de terrenos que estaban en manos de empresas de carácter inmobiliario como Zeitung y Rumbo 5.0. Todos esos escollos han planteado un escenario complejo para desarrollar un proyecto que podría, en condiciones normales, haber salido adelante mucho antes. El retraso ha generado opiniones encontradas y bronca política en una comarca deprimida que vive con anhelo la llegada de iniciativas que generen riqueza y empleo. El secretario general de FITAG-UGT de Huelva, Luciano Gómez, ha apremiado a la Junta a que ahora “que el proyecto de Emed Tartessus cobra solidez” se pueda adelantar “el reconocimiento de los derechos mineros”. “En Huelva tenemos una oportunidad histórica que no debemos desaprovechar”, remarcó Luciano Gómez.
¿ Qué hace falta para la reapertura de la mina ?
El proyecto de reapertura de la mina de Riotinto que desarrolla Emed Tartessus se acometerá en una superficie de 2.000 hectáreas, de las que 600 estarán ocupadas por las instalaciones de gestión de estériles de la presa. La iniciativa contempla 14 años de operación para extraer 600.000 toneladas de reservas de cobre. Según los cálculos de la compañía, la vida de la mina puede incrementarse a 23 años.
La empresa ha invertido 100 millones y prevé que para su puesta en marcha se alcance la cifra de 210 millones incluyendo mejoras, ampliación y restauración ambiental. La iniciativa generará en torno a 400 puestos de trabajo directos e indirectos, más aquellos inducidos que provengan de la industria auxiliar y los servicios.
En la actualidad, la única mina en explotación en la provincia de Huelva es la de Aguas Teñidas en Almonaster la Real por parte de Matsa, que pertenece a una multinacional Suiza. Pero hay otros proyectos. La sociedad Corporación de Recursos Iberia S.L, propiedad de la compañía panameña-canadiense Petaquilla Minerals, pretende reabrir la mina del Cerro del Andévalo. Hay otros yacimientos en estudio como los de la Zarza (Calañas) y Tharsis.