Los más pequeños de la Hermandad son el futuro de la misma. Y de sus experiencias se alimentarán las tradiciones que nosotros también heredamos. Un sentimiento arraigado que aflora en momentos como el vivido esta noche, cuando sobre Zalamea la Real se cernía la oscuridad del temor amenazante a tantos meses de trabajo y Fe. De su mirada podemos extraer conclusiones que hacen ver bien a las claras cuál es papel de los más pequeños en la Hermandad, porque la mejor manera de perpetuar el espíritu cofrade es dejar que los niños sean protagonistas y que se sientan parte importante de ella.