Este miércoles 25 de julio el Teatro Ruiz Tatay estrena Intocable, una película francesa que se ha convertido en un auténtico fenómeno social debido sus buenas críticas, galardones y a la taquilla recaudada hasta el momento.22:00 horas - 3´50 €
Es una película amable, entrañable y divertida, pero sobre todo positiva, llena de emotividad, con la gran virtud de no acudir al recurso de la lágrima fácil.
La clave fundamental está en la maravillosa química de sus protagonistas, los cuales representan dos mundos opuestos y radicalmente distintos que por casualidades de la vida y del destino convergen y se encuentran.
Intocable es una producción francesa dirigida por la pareja de directores Eric Toledano y Olivier Nakache. Una película basada en hechos reales que logró recaudar más de 13 millones de euros en su primera semana en las carteleras francesas. Todo un hito para el cine del país vecino, que ha traspasado también la frontera.
Y es que se trata de una historia muy completa. Incluye drama, por la condición del protagonista: un hombre que quedó paralítico tras una lesión cervical al tirarse en paracaídas. Pero la historia no se queda en la autocompasión, sino que va más allá, gracias al personaje de Driss (Omar Sy), un senegalés sin rumbo, que necesita el dinero del paro para mantener a su familia y llega a la casa de Philippe por casualidad. Su ingenuidad e inocencia y la capacidad para pasar por alto cualquier problema, chocan radicalmente con el pesimismo, la corrección y encorsetamiento que el aristócrata rico debe aguantar cada día. Por eso decide que sea Driss el encargado de cuidarle. Y juntos comienzan un viaje que les cambiará a los dos.
Una de las cosas que más me llamó la atención es la credibilidad que aportan los intérpretes. Te los crees y eres capaz de olvidar que son actores llevando al cine una historia real. El rostro cansado de Fraçois Cluzet, tímido y retraído encaja perfectamente con el de Omar, sonriente, siempre con ojos de sorpresa ante lo que descubre cada día que pasa al lado de Philippe.
Intocable es una historia emotiva, ingeniosa. Que no cae en los tópicos y que huye de convencionalismos para presentarnos la cara oculta de la enfermedad. Los buenos ratos en los que los enfermos se olvidan de que no pueden andar. Los momentos de alivio que sienten cuando se les trata como iguales y dejan a un lado la autocompasión.
