Zalamea la Real celebrará a partir de este miércoles 11 de julio sus VIII Jornadas Musulmano Cristianas; un evento abierto a la cultura y la diversión y que aglutinará, como en pasadas ediciones, un buen número de visitantes durante todo el fin de semana.
Cartel de las VIII Jornadas Musulmano Cristianas, obra de Jesús García…
Mil y una situaciones. Así podríamos describir a Las Jornadas Medievales de Zalamea la Real. En este pequeño pueblo onubense durante la segunda quincena de Julio y a lo largo de una semana, multitud de personajes en variopintas escenas, van desfilando por el centro histórico zalameño, todos ellos con el denominador común medieval. Caballeros cristianos, guerreros árabes, mercaderes, trovadores, religiosos, campesinos y ganaderos forman el entramado de estas todavía recientes Jornadas Medievales, en las que se dan la mano la cultura musulmana y cristiana, recreando para muchos de los participantes la anhelada cultura medieval que nos ha otorgado nuestra educación, así como pequeños pasajes de la historia zalameña, más reales y mundanos, pero no menos interesantes.
"En el diseño he querido inmortalizar el momento en el que ambas civilizaciones pusieron punto final a sus hostilidades para vivir en común acuerdo en lugares donde se libraron cruentas batallas.
La niebla refleja el paso de los siglos… manto de nuestros antepasados, que ha ido cubriendo su legado generación tras generación para envolvernos y enriquecernos con el conocimiento.
La unión de los brazos, que antes manejaron armas, alumbra por momentos una época cruenta donde prevalecieron las ansias de poder en perjuicio de la sabiduría y la riqueza de dos culturas antagónicas.
Zalamea al fondo, es fiel testigo de esta unión y para vanagloriarse resurge esplendorosa entre las tinieblas de una guerra hostil".
Mil y una situaciones. Así podríamos describir a Las Jornadas Medievales de Zalamea la Real. En este pequeño pueblo onubense durante la segunda quincena de Julio y a lo largo de una semana, multitud de personajes en variopintas escenas, van desfilando por el centro histórico zalameño, todos ellos con el denominador común medieval. Caballeros cristianos, guerreros árabes, mercaderes, trovadores, religiosos, campesinos y ganaderos forman el entramado de estas todavía recientes Jornadas Medievales, en las que se dan la mano la cultura musulmana y cristiana, recreando para muchos de los participantes la anhelada cultura medieval que nos ha otorgado nuestra educación, así como pequeños pasajes de la historia zalameña, más reales y mundanos, pero no menos interesantes.
Sin embargo, la historia de un pueblo no se limita a lo que le acontece, formas de vida y personajes que allí vivieron o que por allí pasaron. Por muy grande que un pueblo sea o haya sido, su trayectoria histórica ha estado relacionada con su próximo entorno y éste con el conjunto de pueblos y naciones.
Zalamea la Real es un punto en el mapa, un punto que no necesariamente pudo haber estado en el mismo lugar, ni tan siquiera tuvo que haber existido siempre como tal pueblo. Pero hay algo que si debió permanecer desde milenios, las gentes de estos lugares.
Que importa cómo se llamara hace mil años. Solo importa que existió, que fue testigo de acontecimientos militares, sociales y culturales de cada tiempo y que todo ello influyó en el devenir de su historia.
Durante el periodo de ocupación musulmana esta población se benefició cultural y económicamente. Los árabes introdujeron nuevos sistemas de explotación de las tierras y nuevos cultivos. Favorecieron la agricultura con nueva formas de riego y también estimularon el pastoreo.
En la sociedad zalameña de aquella época convivirían grupos cuya cultura estaría influida por la cultura islámica con otros que conservarían su ideología cultural cristianas, sin que llegara a ver graves enfrentamientos. Aspecto que marcaría la personalidad del estas gentes, gentes pacíficas y acogedoras.
Precisamente a esas gentes van dedicadas estas jornadas, a esos antepasados que por encima de cualquier fundamentalismo, fueron capaces de hacer brotar de sus corazones la generosidad suficiente para que ideales contrarios no fueran un obstáculo insalvable en sus vidas.
Programación: