La ciudadanía ha afrontado el levantamiento del cierre cautelar de las instalaciones de Befesa con indignación y con la firme creencia de que sus opiniones no son escuchadas. La mayoría de los ciudadanos de Nerva mostraron su desacuerdo con la actividad y la gestión del vertedero de residuos tóxicos.
A pie de calle. En el mismo asfalto que pisa el ciudadano se podían recoger ayer multitud de opiniones en contra de la gestión de Befesa Gestión de Residuos Industriales. Algunos mostraban su “preocupación” por delegar el futuro del vertedero en la citada empresa.
La frustración era evidente entre la población que decía sentirse “engañada” en muchos sentidos por la labor empresarial durante los últimos 14 años. Es más, como apuntó Josefa Romero a través de una hipérbole, “es para cortarle la cabeza a mas de uno. Quiero un referéndum para decidir sobre la problemática de las instalaciones”.
El desencadenante de esta situación apareció con el incendio del 11 de julio en el vaso de residuos no peligrosos. Sin embargo, hubieron con anterioridad muchos eslabones que colmaron la paciencia de la ciudadanía en torno a la planta de residuos tóxicos. “Ya nos han mentido muchas veces. Nos dijeron que estas instalaciones serían el seguro de vida de la mina. Falso. Nos aseguraron que tendríamos más trabajo. Mentira. Afirmaron que sólo estarían abiertas 10 años y después de 14 aún nos tragamos la mierda. ¿Cómo quieres que estemos?”, se preguntaba la propia Josefa.
Estas palabras están íntimamente ligadas con un malestar que nace de la “opacidad” de la empresa gestora del vertedero. “Somos ignorantes. No sabemos sobre la peligrosidad de los vertidos que echan en la planta. Nadie nos informa”, puntualizó Fernando Velasco.
Existe también otro perjuicio más tangible que llega desde el olfato. “Los olores son insoportables y eso es perjudicial para la salud y para el tema turístico. El que venga de fuera sólo tiene que bajarse del coche para saber lo que digo”, expuso el vecino José Antonio Domínguez. Este testimonio enraíza con una de las máximas preocupaciones de los nervenses: “Aún desconocemos si el vertedero tendrá consecuencias contra la salud de los vecinos. La reapertura no beneficia a nadie y eso, me temo, traerá enfermedades y malformaciones”, destacó una muy preocupada Mari Carmen Pedro Márquez.
Por otra parte, la implicación de Befesa con Nerva es criticada por muchos de los ciudadanos. Éstos consideran que no existe una clara contraprestación por la ubicación del vertedero dentro los límites de su municipio. De ahí la declaración de Francisco Cornejo Castro: “La empresa gestora tiene que crear nuevas instalaciones en la localidad y que éstas sean industrias relacionadas con las energías renovables. El paro debe ser lo más bajo posible, ya que nos estamos tragando la mierda de todos”. Una medida que “reduciría la animadversión” en torno a la entidad responsable del complejo de residuos tóxicos.
Desde una perspectiva medioambiental, muchos nervenses temen que “un nuevo accidente tenga un impacto devastador sobre el entorno donde se despliega el vertedero”. Otra razón más que pesa en el malestar ciudadano en torno a la gestión realizada por Befesa Gestión de Residuos Industriales.