jueves, 9 de octubre de 2014

Paco Arroyo, ‘Pelo de Tormenta’ y la Farándula Triguereña, treinta años después.

La obra de Francisco Nieva se representará este sábado a las 20:30 en el teatro Ruiz Tatay.

La extinta Farándula Triguereña renace para representar en el Teatro Municipal la obra del dramaturgo Francisco Nieva ‘Pelo de Tormenta’, dirigida por el triguereño Paco Arroyo. Los beneficios de las funciones se donarán a la Asociación de Familiares de Alzheimer ‘El trigal’.

El estreno mundial de dicho trabajo tuvo lugar en Trigueros en 1983 y fue llevado a cabo por los mismos protagonistas, llegando a ser representado en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. Curiosamente en 1997, catorce años después, el Centro Dramático Nacional vendió como estreno su representación en el teatro ‘María Guerrero’ de Madrid.

Pelo de Tormenta se publicó en 1973 “y yo me la encontré y me enamoró y me enamoré. Es un cuento disparando y maravilloso, casi un libreto de zarzuela o de ópera, con todos los alicientes para una puesta en escena deslumbrante, ritual y festiva. A su vez, es una visión esperpéntica de nuestra cultura entre sacra y pagana, una luz para mejor comprender nuestra condición humana en una determinada realidad social”, declara Paco Arroyo.

La Farándula Triguereña, “ese variopinto y heterogéneo grupo que se renueva y se arriesga entusiasta a mis proyectos creativos, la estrenó hace treinta y un años, en fechas como éstas, y la representamos en el Lope de Vega de Sevilla en unas memorables jornadas que muchos recordarán”, manifiesta.

“Curiosamente no ha pasado el tiempo por el texto: sigue vigente, jocoso y provocador, pero sí por nosotros. Circunstancias de la vida han hecho imposible repetir íntegramente aquel reparto de entonces; el actual presenta algunos cambios y uno de ellos es fundamental: vosotros, el público sois el coro del pueblo“.

Francisco Nieva (Valdepeñas 1924), dramaturgo hiperbólico entre barroco y surrealista, es Premio Príncipe de Asturias, Premio Nacional de Literatura Dramática, Medalla al Mérito de Bellas Artes, miembro de la Real Academia de la Lengua y un largo etcétera. Su concepción dramática responde a la idea “de un teatro gritado y armonioso, de palabras punzadoras como tacos de vieja recadera: anti realista furibundo y reclamador de una justicia por el placer y por el dolor de lo atrevido”. Sus temas principales, España, la religión y la sexualidad, nos colocan frente a un espejo, con nuestros defectos y virtudes, examinados con una mirada irónica, imaginativa e inteligente, a la vez que tremendamente divertida.

Al director triguereño le parece maravilloso que “treinta y un años después de aquella experiencia tan enriquecedora, o tal vez por eso, sigamos manteniendo la ilusión de subirnos a las tablas para darle vida a un sueño que nos refleja y para compartirlo gozosamente con todos los triguereños”.

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