A veces las palabras son tan falsas como la persona que las pronuncia. Eso es quizás lo que no sabe Mariano Rajoy, que en esta ocasión ha pedido "disculpas a los españoles" por el monumental escándalo de corrupción destapado con la Operación Púnica. 51 detenidos y una trama de saqueo pocas veces vista.
Rajoy ha descrito este caso como un ejemplo de personas totalmente individuales que han utilizado la política para enriquecerse, es decir, que nadie sabe nada y que esto les ha cogido de sorpresa absolutamente. También ha expresado que "comparte la indignación de tantos españoles ante la acumulación de escándalos". Pues, "Señor" Rajoy, debo decirle que sus palabras ofrecen bastante duda y poca credibilidad.
Es absolutamente increíble el cinismo y la hipocresía de un presidente cuyo partido está salpicado de corrupción hasta la médula, cuyos dirigentes han vivido por encima de nuestras posibilidades y cuya política es exigirnos a nosotros que nos apretemos el cinturón y que seamos solidarios en estos tiempos de crisis.
Llega un momento en el que la ciudadanía no soporta más ciertas situaciones. Cuando figuras como Rodrigo Rato, Ángel Acebes, Miguel Blesa, Francisco Granados y muchos otros nos han dado lecciones de moral, estaban al mismo tiempo realizando un saqueo constante del dinero que no les corresponde.
Pero hay algo más indignante que todo esto, mucho más que la propia corrupción: la impunidad. Sí, impunidad absoluta de una serie de altos cargos que creen estar por encima de la Ley, que piensan que las instituciones públicas son su cortijo particular o su casa en la playa, que tienen la seguridad de que no les va a pasar nada y que al mismo tiempo nos dicen cómo tenemos que comportarnos. Eso cansa de verdad, pero lo realmente triste es que al final no pasa nada, todo se olvida y la indignación se difumina en el tiempo hasta desaparecer.
La gente está harta y por eso está empezando a reaccionar. Cuando se preguntan por qué ganan votos los partidos como Podemos , yo pienso que realmente son tontos o demasiado ignorantes para ver la realidad. La ciudadanía quiere de una vez por todas una Democracia medianamente seria en este país, una clase política honrada y transparente y una gestión pública que sirva a las personas (no al revés).
Mi alegría llegará si este Gobierno y todos los cargos que se han corrompido pronuncian una palabra que en este país sigue sonando extraña: DIMISIÓN.
Alejandro López | @aldzalamea
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