Enero de 2014: Podemos comienza su andadura en la política de este país. Desde entonces, todo ha generado dudas y asombro a partes iguales. El 11 de marzo de 2014 se constituyó como partido político, algo que dio el pistoletazo de salida a lo que todos y todas conocemos que pasó el 25 de mayo en las Elecciones Europeas.
Desde entonces, todo ha sido un proceso de organización y construcción de un proyecto totalmente novedoso y que supone un soplo de aire fresco en la política de este país. Se han creado Círculos, se han celebrado Asambleas, se han llevado a cabo iniciativas y se ha puesto en marcha una maquinaria política a cargo de gente normal.
Todo esto ha desembocado en la Asamblea Ciudadana celebrada los pasados 18 y 19 de octubre de 2014 en el Palacio Vistalegre de Madrid, evento al que he tenido la gran suerte de asistir y participar activamente. Quizás eso me capacite para hablar de esto como uno de los mayores homenajes a la Democracia.
Es difícil describir lo que se siente al ver a miles de personas reunidas en un mismo lugar para defender el mismo objetivo: construir política a base de poder popular. Este hecho ya supone un cambio radical a todo lo visto anteriormente. Nunca se ha visto que la gente normal pueda decidir cómo quiere que sea un partido político.
A lo largo de estos dos días hemos visto cómo los distintos equipos han expuesto sus propuestas sobre organización, política y principios éticos de Podemos. Borradores redactados con toda la intención y con el único objetivo de crear algo que rompa con lo anterior. Todos y todas hemos escuchado y hemos preguntado, con el fin de aclarar dudas y decidir qué modelo de partido queremos.
Mujeres y hombres de la calle, con su trabajo o en paro, mayores y jóvenes, escépticos y convencidos, antiguos miembros de otros partidos o novatos en la política… Pero, por encima de todo, hartos de un régimen que ha demacrado la Democracia hasta unos niveles insoportables.
Cuando he vivido esta experiencia y lo he comparado con lo que dicen los medios de comunicación, uno se da cuenta perfectamente de la distancia abismal que existe entre la realidad y lo que nos quieren contar. El empeño de los medios por crear conflictos inexistentes es asfixiante, ocultando una realidad que ellos mismos saben que existe.
Por supuesto que ha habido debate, por supuesto que ha habido discrepancias, por supuesto que ha habido gente a favor y en contra de los distintos proyectos y por supuesto que nadie ha ido allí para escuchar y aplaudir. Negar todo eso sería hipócrita, porque eso es lo que hace grande un movimiento ciudadano como este. Sabemos decir NO a algo que no nos gusta, no somos robots que escuchan y asienten.
Es increíble ver a personas mayores con una cara de ilusión poca veces vista. Luis Azcárate, de 93 años de edad, se puso delante del micrófono para expresar que “Podemos es su segunda juventud” y que nuestros jóvenes son “la generación de la esperanza”. Cuando una persona dice cosas así con esa mirada de sinceridad, la verdad pura sale a la luz.
Cada persona puede tener su opinión sobre Podemos y podrá pensar si es algo viable y realizable o inviable y utópico, pero lo que está claro es la pureza de la gente que está construyendo este proyecto, porque hablamos de personas normales que pretenden conseguir algo extraordinario.
Por supuesto que no obligo a nadie a ser simpatizante de Podemos ni a formar parte de este proyecto, pero sí reclamo un intento de entendimiento y comprensión antes de emitir juicios que puedan estar inundados de una falsedad absoluta. No somos ni mejores ni peores, pero sí queremos ser diferentes.
Alejandro López
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