Sí, me gusta Zalamea desde siempre. No desde que hay que darle al “me gusta” a lo que nos gusta en el facebook sino a su gente en primer lugar y a los lugares donde tenemos recuerdos imborrables también. Paseos por el Paseo Redondo o la Plaza, las visitas a la tienda de la Beatriz, en la calle Alameda, donde comprábamos los cromos de futbolistas o caminando hasta la ribera de El Villar, al charcón de Don José o Rocalero a bañarnos y vivir la Naturaleza. Ahora, una entrañable asociación como Cistus Jara, sigue la tradición pero a lo grande: la última a Santa Olalla del Cala, no a bañarse, pero sí a conocer el rico patrimonio de nuestros pueblos hermanos.
Hay que conocer para amar y así ocurre con la oficina municipal de Turismo reabierta al público por Amigos del Patrimonio; hace unos días, el Ayuntamiento ha puesto unas banderas para llamar la atención de las personas que viajan por la carretera nacional 435 de Huelva a Extremadura con el fin de que visiten esta vieja y entrañable Zalamea. Cerca de esta carretera, discurre una… “Carreterita bonita que vas para el Tejarejo, cuántas lágrimas me cuesta el contemplarte de lejos”… Recordamos esta antigua canción zalameña ahora, cuando han ensanchado su recorrido desde Los Pocitos al Polígono Industrial El Tejarejo, que no es el de la canción pero que es un orgullo para nuestro pueblo tener un lugar donde se trabaja, se vive y ayuda a progresar.
Vivir en Zalamea, es un placer de dioses y así parece estar ocurriendo cuando vemos las muchísimas personas y empresas que se vienen a instalar en ella. Siempre Zalamea, historia, arte y cultura.
Vicente Toti
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