viernes, 29 de agosto de 2014

LA ENCINA DE LA LOCA.

A continuación les mostramos un escrito de nuestro vecino Pastor sobre la Encina de la Loca, sin desperdicio alguno. Este artículo ha sido publicado en la revista de feria de 2014.

No voy a decir que esta sea la “verdad verdadera”, pero dado en la época en que ocurren estos hechos..... ¿por qué no podría ser así?
Veamos, es el siglo XVIII o XIX. Una familia de hacendados tiene unos hijos (hasta aquí normal). Una, de estos hijos, se enamora de un muchacho de casta más baja, digamos del Barrio o del Cabezo Martín. Lógicamente, (bueno lógicamente por la época) pero también por la época, época romántica y hermosa, su familia se opone y ella sigue enamorada.
Esta muchacha, enamorada, salía a escondida a encontrarse con su amado.... sus padres la descubren y la encierran en casa. Desde el ventanuco de aquel cuarto que daba a la calle, de poco tránsito, ella enviaba a su amado lánguidas miradas y ardorosos besos que eran retornados a la prisionera de aquél cubículo y recibidos con gran amor. Cansados y locos de amor, y deseos refrenados, él decide marcharse a hacer las América.... y volver con riquezas suficientes para poder acceder a su mano; se juran amor eterno, y en una tormentosa noche se despiden con ardorosos besos encaramado en aquella reja; baja hasta Sevilla, y en una de aquellas expediciones se embarca en un galeón con destino a Nueva España.
Ella, triste y compungida queda en su casa, durante algún tiempo más, encerrada en su “prisión”, ya que su padre no daba crédito a que se hubiese marchado.
Han pasado varios años, y ella, cada día subía hasta lo que hoy es la era de “Chuculin” para desde allí otear esa carretera del Tejarejo por la que la diligencia de la sierra bajaba y subía a Huelva desde la Sierra.
Él se esforzaba en trabajar y enviaba una carta casi a diario a su amada, carta que su padre se encargaba de hacer desaparecer, y cada vez que la veía regresar de aquel encinar la martirizaba diciéndole ¡¡no te quería, ni te quiere, te ha olvidado!!
Siguen pasando los años y su juventud marchitándose...... pensaba..... pensaba ¿será cierto que me olvidó?. Algunos día bajaba hasta el Pilar Viejo y esperaba el paso de la diligencia, la paraba y preguntaba.... ¿lo habéis visto? Un año, otro año más...., las cartas salían pero a su casa no llegaban, el padre se encargaba de irlas guardando en un arcón, incluso a escondidas de la madre.
Comienza a tener síntomas de enajenación ya que en su principio de locura, desde la encina, a la que seguía subiendo, lo veía agitar un pañuelo desde la lejanía de Corchito. Bajaba a todo correr hasta el Pilar Viejo.... en la diligencia no llegaba nadie. Ya en el pueblo se la conocía por la loca.
Sus desvaríos iban en aumento.... idas y venidas a la encina y al pilar, hasta que un día viendo que no llega a su casa fueron a buscarla y la encontraron colgando de un brazo de la encina.

Sería bonito seguir inventado historias.
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¿Por qué no podríamos explotar esta leyenda a la que acudirán enamorados a reverenciar a nuestra “loca” como en Italia o Teruel? Lo de los Capuletos y amantes de Teruel..... ¿ocurrió como ha pasado a nosotros? Seguro? Mi padre me contaba lo de la locura de esta señora, pero no decía el por qué, (solo decía, cosas de familia) y mi abuela desviaba la conversación.

En la feria de Zalamea del 2014. Pastor.

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