Publirreportaje
Gimnasio Atalaya de Zalamea la Real
Temporada otoño - invierno
El Gimnasio Atalaya de Zalamea la Real estrena su temporada otoño – invierno con un espacio abierto al deporte y el ocio. Sus instalaciones acogerán estos días a muchas personas que quieren incorporarse a realizar una actividad deportiva, por lo que damos unas pautas básicas para que la experiencia sea de lo más satisfactoria.
Al igual que dicen que antes del verano se apunta mucha gente al gimnasio por la operación bikini, después sucede tres cuartos de lo mismo, volvemos con ganas renovadas y con mucho ánimo para empezar un nuevo curso. Quizá sea una de las opciones para evitar el síndrome postvacacional. Lo que está claro es que apuntarnos al Gimnasio Atalaya nos va a aportar muchos beneficios.
Son múltiples las virtudes que nos regala la actividad física en unas instalaciones como las que tenemos en Atalaya, visibles tanto en el plano físico como en el psicológico. Dentro del físico aparecen el fortalecimiento de estructuras (músculos, articulaciones, ligamentos, tendones…) y la mejora en la capacidad cardiorespiratoria, lo cual supone un mejor aprovechamiento del oxígeno en el sistema circulatorio. Todavía dentro de los beneficios en el plano físico, se encuentra una mayor respuesta inmunológica ante infecciones, así como un retraso en la aparición de la artrosis o la osteoporosis.
En el plano psíquico, y debido al agotamiento y la concentración en el esfuerzo a realizar, se encuentran beneficios tales como: eliminación de estrés y tensión, así como la ansiedad o la depresión. Por tanto, si lo que buscas es un desahogo esas tardes de otoño o invierno, acudir al Gimnasio Atalaya puede ser la actividad perfecta para soltar tensiones y olvidarte de tus problemas por un rato. Cuando salgas verás cómo te sientes mejor, más relajado y de mejor humor.
La cuestión es que el ir al gimnasio, aunque cansa y ocupa tiempo, también provoca, a medio plazo, que el cuerpo esté más activo y dispuesto para la acción. Hay que buscar entrenar siempre con la mayor intensidad posible, sin olvidar dar al cuerpo sus tiempos de descanso, pero una cosa es descansar y otra muy distinta buscar excusas.