martes, 25 de septiembre de 2012

Unos microbios del río Tinto baten el récord de España de vida en las profundidades

Por el interés que suscita esta noticia científica aparecida hoy en la publicación Materia, reproducimos el texto en su integridad.

Nuño Domínguez
Materia - 24/09/2012

Un equipo de científicos ha encontrado en Huelva un ecosistema de récord. Lo componen un gran grupo de microbios que vive a 620 metros bajo la superficie, el punto más profundo en el que se ha detectado vida en España hasta el momento, según sus descubridores. Estos microorganismos viven sin luz bajo las minas de Riotinto, una gran extensión de tierras rojas y extremadamente ácidas que son uno de los lugares más parecidos a Marte que hay en la Tierra. El descubrimiento es clave para entender el origen de este ecosistema tóxico en el que sólo ciertos microbios consiguen vivir y será “determinante” para la búsqueda de vida en el planeta rojo.

“No creo que nadie haya hecho biología a esta profundidad”, explica Ricardo Amils, investigador del CSIC y director del proyecto de perforación IPBSL en Riotinto, un estudio europeo dedicado a la búsqueda de vida en las entrañas de este análogo de Marte. Los resultados preliminares del proyecto indican que hay dos comunidades de microbios sobreviviendo en las profundidades, una a 340 y otra a 620 metros. Amils ha presentado estos datos hoy en el Congreso Europeo de Ciencias Planetarias, que se celebra en Madrid hasta el viernes, y que reúne a más de 600 investigadores de todo el mundo.

Desde hace meses, la investigación en Marte y en Riotinto van de la mano. El pasado 26 de noviembre despegó desde Cabo Cañaveral la misión MSL, que nueve meses después puso al robot de exploración Curiosity en la superficie del planeta. Ese mismo 26 de noviembre el equipo de Amils comenzó a perforrar en Riotinto con una gran máquina que debía irrumpir en las comunidades vivas más profundas de la zona. El pasado abril terminaron las excavaciones. El equipo ha sacado muestras de los microorganismos del Río Tinto, que hoy se estudian en los laboratorios del Centro de Astrobiología y la Universidad Autónoma de Madrid.

Los “bichos” encontrados, como los llama Amils, son únicos. Pueden vivir sin luz y alimentándose de roca. Además, pueden ser una prueba de que en Marte es posible que se hayan dado estos mismos procesos, o que sigan existiendo hoy en día. El equipo está ahora estudiando a estas criaturas en el laboratorio, donde se están reproduciendo sin problemas, según Amils. El entorno es un paisaje de tierras rojas cuyo color se debe a los sulfuros metálicos, compuestos del azufre que son tóxicos para muchos seres vivos. Las aguas del río que da nombre a la zona no tienen oxígeno, impidiendo la vida convencional. Sólo las bacterias anóxicas son capaces de sobrevivir aquí.

Amils mantiene que el entorno se formó hace millones de años, y cree que estos seres microscópicos son los verdaderos creadores de Riotinto. Durante décadas, los expertos han señalado que el aspecto actual de la zona se debe a los largos siglos de explotación minera para extraer cobre que se remonta al tiempo de los tartesos, a mediados del primer milenio antes de Cristo. Pero la teoría de Amils es que los microbios que se ha encontrado en las profundidades han generado el entorno ácido y repleto de metales de Riotinto, que serían los productos resultantes de su alimentación a base de pirita. El hallazgo de las dos comunidades encontradas por el IPBSL refuerza esta teoría. “Hay mucha actividad biológica que explicará el orígen del río”, señala Amils. Pero aún hay que hacer mucha investigación para determinar cómo se desarrolla todo el proceso. Esto incluirá analizar el ADN de estos marcianos e introducir sondas en los pozos excavados para medir el cambio del entorno en tiempo real.

Los resultados del proyecto “permitirán caracterizar un ecosistema [Riotinto] del mayor interés para el diseño de la exploración del subsuelo de Marte en el futuro cercano”, concluye el equipo de Amils en su presentación de hoy.