Nuevo corte de carretera de la Plataforma de acción como medida de presión y apoyo
Los tres mineros nervenses cumplen la tercera semana de encierro en la corta Atalaya de Minas de Riotinto. Reclaman el traspaso de los derechos mineros a la empresa Emed que pretende reabrir las minas de Riotinto. Los tres comenzaron ayer su particular Semana de Pasión con el calvario añadido de las inclemencias meteorológicas que convirtieron la emblemática corta en una cadena de cataratas de aguas incontroladas.
El presidente del comité de empresa, José Antonio Anguera, Hermenegildo y Sevilla, los tres trabajadores de Emed Tartessus que aún permanecen enclaustrados en la casucha de madera empleada en la película El Corazón de la Tierra para simular la entrada de una boca mina, ya sin el compañero riotinteño que tuvo que abandonar la protesta por problemas familiares, se mantienen firmes en sus planteamientos. No saldrán del colosal agujero hasta que haya una propuesta firme y seria por parte de la Junta de Andalucía para la transmisión de los derechos mineros a su empresa.
Aunque hasta a mediados de mes no se constituirá el nuevo gobierno andaluz, según los mineros, la interinidad del actual no es óbice para que la administración regional se comprometa a esa transmisión, facilitando la salida de los trabajadores, tal y como hicieron hace un año con el encierro en el túnel calle 14 de Pozo Alfredo, pero esta vez por escrito. "Ya no nos creemos nada. También nos dijeron que a final de marzo saldría a exposición pública la Autorización Ambiental Unificada, AAU, para después abordar el asunto de los derechos mineros. Pues bien, estamos en abril y sin noticias", afirmaron.
Los trabajadores encerrados recibieron ayer la visita del equipo médico de la mutua de la empresa para hacerles un chequeo sobre su estado de salud, consistente en diferentes análisis de sangre, electro y espirometría. Ellos dicen que se encuentran bien, a pesar de las paupérrimas condiciones, sobre todo de humedad, en las que se encuentra la casucha donde habitan desde hace tres semanas.
Los compañeros del grupo de desempleados acampados a las puertas de la mina, los amigos, pero sobre todo la familia, les ayudan a mantener la moral alta para seguir adelante con una lucha que creen justa y necesaria para devolver a la Cuenca Minera el esplendor que tuvo cuando la mina era el eje motor de su economía.
La Plataforma de acción minera cortó ayer otra vez la carretera como medida de apoyo a los mineros encerrados en Corta Atalaya, medida que se repite hoy por la mañana.
El presidente del comité de empresa, José Antonio Anguera, Hermenegildo y Sevilla, los tres trabajadores de Emed Tartessus que aún permanecen enclaustrados en la casucha de madera empleada en la película El Corazón de la Tierra para simular la entrada de una boca mina, ya sin el compañero riotinteño que tuvo que abandonar la protesta por problemas familiares, se mantienen firmes en sus planteamientos. No saldrán del colosal agujero hasta que haya una propuesta firme y seria por parte de la Junta de Andalucía para la transmisión de los derechos mineros a su empresa.
Aunque hasta a mediados de mes no se constituirá el nuevo gobierno andaluz, según los mineros, la interinidad del actual no es óbice para que la administración regional se comprometa a esa transmisión, facilitando la salida de los trabajadores, tal y como hicieron hace un año con el encierro en el túnel calle 14 de Pozo Alfredo, pero esta vez por escrito. "Ya no nos creemos nada. También nos dijeron que a final de marzo saldría a exposición pública la Autorización Ambiental Unificada, AAU, para después abordar el asunto de los derechos mineros. Pues bien, estamos en abril y sin noticias", afirmaron.
Los trabajadores encerrados recibieron ayer la visita del equipo médico de la mutua de la empresa para hacerles un chequeo sobre su estado de salud, consistente en diferentes análisis de sangre, electro y espirometría. Ellos dicen que se encuentran bien, a pesar de las paupérrimas condiciones, sobre todo de humedad, en las que se encuentra la casucha donde habitan desde hace tres semanas.
Los compañeros del grupo de desempleados acampados a las puertas de la mina, los amigos, pero sobre todo la familia, les ayudan a mantener la moral alta para seguir adelante con una lucha que creen justa y necesaria para devolver a la Cuenca Minera el esplendor que tuvo cuando la mina era el eje motor de su economía.
La Plataforma de acción minera cortó ayer otra vez la carretera como medida de apoyo a los mineros encerrados en Corta Atalaya, medida que se repite hoy por la mañana.