El medio centenar de ex mineros recolocables de las comarcas de Riotinto, la Zarza y Tharsis trasladó ayer sus encierros hasta los ayuntamientos de sus respectivas localidades con la intención de pedir a los alcaldes la ayuda necesaria para desbloquear la situación. En el Ayuntamiento de Nerva se encerraron unos 30 ex mineros que, junto a otra treintena de recolocables repartidos a partes iguales entre los consistorios de La Zarza y Tharsis, se encuentran en la calle sin ningún tipo de cobertura desde el pasado día 1 de junio.
Desde un primer momento el alcalde de Nerva, Domingo Domínguez mostró su solidaridad con el grupo de recolocables poniendo las dependencias municipales a disposición de los ex mineros, que enseguida tomaron el salón de plenos como nuevo cuartel general de sus reivindicaciones.
El colectivo afectado por el incumplimiento del protocolo firmado con la Junta de Andalucía hace siete años, tras el cierre de los establecimientos mineros onubenses, lleva en asamblea permanente 12 días, de los que la mayor parte los han pasado en las dependencias de la Mancomunidad Cuenca Minera.
Los ex mineros entienden que los alcaldes pueden jugar un papel muy importante en la solución de este conflicto. "Nos pueden ayudar a desbloquear la situación en la que nos encontramos, por eso con estos encierros, intentamos hacerlos parte del problema para que sean portavoces y negociadores del asunto", aseguran.
El perfil del ex minero recolocable se corresponde con el de un vecino varón de entre 30 y 50 años, con familia a su cargo, residente en algunos de los municipios que forman parte de las cuencas mineras de Huelva, quien al no poder prejubilarse como el resto de sus compañeros quedó atrapado en una bolsa de recolocables de la que únicamente el 30% logró incorporarse al mercado laboral en siete años.
Durante todo este tiempo ha sido la Administración regional la encargada de velar por su situación e intentar su reinserción en el mercado laboral facilitándoles todo tipo de cursos de formación becados y trabajo en diferentes proyectos de regeneración ambiental en zonas mineras degradadas hasta que la Junta decidió hace unos días finiquitar de forma unilateral el acuerdo que permitía este estatus quo.
En consecuencia, los ex mineros decidieron retomar las movilizaciones, si es necesario con mayor virulencia, para hacer recapacitar a la Administración pública y lograr que reconsideren la decisión por la que dejan a los trabajadores totalmente desamparados y encuentren alternativas de empleo para los afectados. El problema afectaba a cerca de un centenar de trabajadores pero unos 43 ya han encontrado ocupación en Matsa.