Realizar este tipo de lista mental no nos ayuda nada a terminar el año con buen pie. Esto nos pasa porque solemos ponernos metas a largo plazo o prometemos cosas simplemente porque nos dejamos llevar por las emociones. Como se suele decir, no tomes decisiones ni cuando estés triste ni cuando estés demasiado contento. Seguro que os ha pasado más de una vez que os comprometéis con alguien porque en ese momento estáis super motivados y al día siguiente os arrepentís porque ya no os sentís con el mismo estado de ánimo para conseguirlo, pues lo mismo nos pasa con nosotros mismos.
Todas estas promesas, todos estos objetivos que nos proponemos al comenzar un nuevo año, pensad un segundo… ¿por qué lo hacéis? ¿Por qué de verdad lo sentís o porque empezamos una nueva etapa y tienes que comprometerte de alguna manera como todas las demás personas lo hacen? No es necesario que comience un nuevo año para lograr metas.
Con todo esto nos podemos preguntar ¿Qué es la Navidad? ¿Qué nos hace sentir o qué es lo que busca en nosotros? La navidad es una época de buenas sensaciones, de amor, de paz interior, de estar en familia, de humanidad, de trabajar la empatía, de reír, llorar de alegría, todas esas buenas sensaciones que buscamos a lo largo de todo un año pero que precisamente en esta época intentamos evitar ya que nos provoca un sentimiento de malestar si no tenemos la familia “perfecta”, por ejemplo.
¿Qué pasa si no tenemos una familia unida? ¿Qué ocurre si estamos pasando un mal momento personal, problema de pareja, enfermedad? Todas esas sensaciones de bienestar que nos trasmite la Navidad no son bienvenidas y caemos en un estado de tristeza y frustración porque no tenemos lo que nos están vendiendo.
No nos damos cuenta que debe ser a lo largo del todo el año cuando debemos intentar ser felices, dar cariño, comprensión, sorpresas, etc. Nos estamos dejando llevar por el consumo de las fiestas o momentos claves que hay a lo largo de todo el año. Está claro que hay que vivir la Navidad como mejor se pueda, pero recordar que los valores que tenéis depende de ustedes, no de unas fechas establecidas.
¿Cuántas veces has escuchado o has podido decir tú mismo qué cuando empezara el nuevo año dejarías de fumar? Por ejemplo. El nuevo año no decide cuándo es el mejor momento para ti, si tú mismo no te lo propones de verdad. Ponerte nuevos objetivos con los que te sentirás mejor por el simple hecho de que empieza una nueva etapa no es el camino, ese no es el enfoque que debes ponerle.
En Navidad se intenta trabajar unos valores, como decíamos antes, que en realidad deberían estar presentes todo el año. Ser amables, llamar a la familia ¿a cuántos familiares llamáis solo en Navidad?, por qué hacemos eso ¿por cumplir? ¿O por qué realmente los echamos de menos? Si es así, no dejéis pasar tanto tiempo, reíros todos los días del año, ser amables en cualquier momento y así tendréis la recompensa que tanto buscamos en estas épocas, ser felices.
La Felicidad no es comprar regalos, la felicidad no es adornar la casa de tal manera que todos digan ¡qué bonita!, la felicidad no es demostrar lo que sentimos solo en estas fechas, la felicidad es tener a alguien al lado con quien comprar esos regalos, la felicidad es adornar tu casa con tus niños mientras ves cómo disfrutan pero recordad… todas estas emociones también podemos provocarlas cualquier día del año. ¿No intentas sorprender a tu pareja el día de Reyes con el mejor regalo del mundo? Pues mayor sorpresa sería regalarle algo un día que no hubiera motivo para hacerlo. El consumismo hace que nos perdamos unos valores que antes sí que nos hacían sentir personas.
En estas fechas muchos intentamos fingir que estamos bien, que nos sentimos a gusto con nosotros mismos y que no tenemos ningún problema en nuestra vida. Hay que intentar no refugiarse en la tristeza para afrontarlo de mejor manera pero debemos tomar conciencia de qué nos pasa para buscar soluciones, pensar en lo que no tenemos no es malo, si después actuamos en consecuencia.
Esto es lo que pasa en estas fechas, las emociones y los sentimientos se intensifican, tanto los buenos como los no tan buenos. Recordamos todo lo sucedido a lo largo del año y como decíamos al principio hacemos una lista para ver que hemos conseguido y que no, centrándonos principalmente en lo que no hemos conseguido. El foco de atención lo ponemos en lo negativo, en lo que realmente no importa en estos momentos ya que si solo nos centramos en eso acabará por ocupar el 100% de nuestros pensamientos y no dejaremos lugar para los buenos momentos.
No huyáis de lo que sentís en Navidad, no os sintáis menos dichosos porque vuestra familia en este momento no esté tan unida como os gustaría porque los restantes 11 meses del año también cuentan. Tú eres quién busca el momento perfecto para sorprender, para buscar nuevas emociones junto a los tuyos y si echas de menos a alguien que antes sí estaba junto a vosotros, recuerda los buenos momentos que pasasteis juntos. No sirve de nada quedarse encerrados en los malos recuerdos ya que ellos no nos ayudan a avanzar, en tal caso totalmente todo lo contrario.
Recuerda quién eres, qué es lo que de verdad te importa y si va a ser la Navidad la que defina lo que necesitas o quién eres realmente.
Si eres de esas personas a las que les cuesta cumplir objetivos por el esfuerzo que requieren, te aconsejo que te propongas metas a corto plazo. Es decir, no te exijas conseguir un cuerpo definido para el verano ya que faltan aún varios meses por medio en los que podrías venirte abajo y desmotivarte, así que márcate actividades más cercanas, por ejemplo, de aquí a la semana que viene voy a realizar tales tareas, ya que con pequeños pasos también se llega a dónde te propongas, incluso es mucho mejor ya que la base estará mucho más trabajada y no será tan fácil romperla.
Esto nos pasa porque queremos grandes recompensar con poco esfuerzo, hemos perdido el concepto de que el esfuerzo es el que realmente te lleva a dónde quieres, nos hemos acomodados en todos los sentidos.
Así pues resumiendo, os recomiendo intentar no repasar todo lo malo sucedido a lo largo del año sino pensad en qué es lo que tenéis y podríais no tener. Qué habéis conseguido porque seguro que habéis avanzado de alguna manera u otra, solo tenéis que darle valor a lo que hoy en día parece obligatorio tener. Lo bueno no es algo estable, así que sentiros afortunados de todo lo que tenéis ya que el simple hecho de tener internet en casa o en el móvil, algo que estás utilizando ahora mismo para leer esto, es un lujo que muchas otras personas no pueden disfrutar. El simple hecho de tener una casa, mejor o peor, eso da igual, ya es una gran suerte que no sabemos apreciar y el simple hecho de tener a una sola persona a nuestro lado, una sola eh! , ya es un premio que tampoco sabemos ver porque siempre ansiamos algo mejor. No te exijas tanto porque eso te ciega y no te deja ver las cosas tan maravillosas que ocurren a lo largo de vuestra vida, no estás prestando atención a lo que de verdad echarás de menos cuando no lo tengas. Intenta sé feliz porque sí que puedes.
Con todo esto, Os deseo unas Felices Fiestas pero principalmente prefiero decir, ¡FELIZ VIDA!
Un saludo a todos y gracias como siempre por vuestro tiempo que tan valioso es.
Un saludo, Patricia. @Psicologa_Patri
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