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Desterrados los carnavales, el pueblo siente la necesidad de disfrazarse, de sentirse desligados de ataduras y formalidades, para dar riendas sueltas a la diversión más excéntrica, donde nadie representa el papel cotidiano que manifiesta normalmente en el acontecer diario.
La noche que se vivió el pasado martes en “El Quemaito”, describe a la perfección todo lo anterior expuesto, donde un buen número de jóvenes del pueblo dieron rienda suelta a la diversión, sin necesidad de contar con una gran organización que acomodara las pautas
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Entre los asistentes, causó especial impacto la actuación espeluznante de “La Niña del Exorcista”, que en repetidas ocasiones se ponía posesa, delante de un perplejo público, y daba a luz al supuesto hijo de Satán. En la escena nocturna, irrumpió una altísima muerta viviente con todo un séquito de zombis con ropas desgarradas y caras ensangrentadas. El acto de presencia fue de lo más espectacular, abriéndose paso entre el gentío, que llenaba la calle Olmos, con antorchas que bramaban fuego y hacían presagiar la terrible noche que se avecinaba sobre Zalamea.
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