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A nuestro pueblo, la televisión, no vino hasta 5 años después. Un casino de época, “El Permanente”, fue el propulsor de traer a nuestro pueblo, por primera vez, un aparato de televisión. Junto al que se congregaban, todos los días, un asombrado grupo de telespectadores. Estampas antiguas que reflejan a una muchedumbre atónita y expectante por las imágenes que se emitían desde aquella “caja tonta”. Aquellas grandiosas corridas de El Cordobés en las Ventas eran coreadas en el salón del Permanente como si se tratara de un coso taurino. La expectación era máxima, el día que se televisaba al rubio torero, símbolo del franquismo y de la época. Los mineros al bajarse del tren c
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Pero de igual modo se ponía de lleno con “Amigos del Lunes”, donde se daban cita un elenco de artistas que deleitaban a los curiosos televidentes. Folclóricas con bata de cola y desplegando el arte típico de una España culturalmente anquilosada y teledirigida, eran las grandes protagonistas en las noches televisivas de los lunes.
Los altos de “Educación y Descanso”, casino adherido al otro en el centro del pueblo, también era un punto de encuentro para ver la programación de Televisión Española. Partes de noticias, información sobre el tiempo y series de humor, eran seguidas con gran entusiasmo por los zalameños, hasta que las emisiones se cortaban por las interferencias propias de una sintonización muy pobre. Retransmitida desde Valencina de la Concepción, pueblo sevillano que mandaba una señal muy débil al recién construido repetidor de Almonaster.
Poco después los
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Desde aquellos tiempos hasta ahora la cosa ha cambiado bastante en nuestros hogares, hemos pasado de tener un aparato con una pobre emisión en blanco y negro, a tener dos con imágenes nítidas a color y de plasma. Nuestras vidas han girado, a lo largo de estos 50 años, en torno a la amplia programación que ha desplegado La Televisión Estatal. Para bien o para mal generaciones y generaciones hemos ido pasando por delante de este curioso aparato. Desde pequeños hemos estado expuestos a su doctrina, lo que ha conllevado que nuestro aprendizaje y educación se hayan empapado de los testimonios televisivos a lo largo de estos 50 años.