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Tras un año de escueta cosecha, puesto que el 2005 pocos frutos del suelo trajo a las cestas de los empedernidos buscadores, las ansias están a flor de piel. El pistoletazo de salida se dio casi en los días de Navidad del pasado año, cuando el deseo contenido de muchos gurumeleros provocó la repentina salida al campo de nuestros buscadores de tesoros. Y es que un par de huevos fritos con gurumelos le quita la pena al más sentío.
Bien temprano se sale de casa a precisar la recolección de tan codiciado fruto silvestre, puesto que esta es una de las setas más anheladas por los profesionales del buen gusto culinario. Cesta y pincho serán las herramientas para proceder a tan bendito oficio: el llevar a casa uno o dos kilos de gurumelos para que toda la familia retoce de alegría y comience a salivar pensando en el festín : fritos, asados, en el guiso, en tortilla, revueltos,...
El Toril, las Navas, el Valle Redondo, ....,la carretera de El Villar con sus cunetas ocupadas por decenas de coches en sábados y domingos, en las tardes de cientos de jóvenes y jubilados de Zalamea. “.... me he andao lo menos 5 kilómetros y solo me he encontrao tres, y uno se me ha roto al sacar la escachá”.....”¿Y dónde me has dicho que te los has encontrao?....en el campo, ya sabes”.
Una escachá por allí, una sacadura por allá, un cucharro reluciendo su paraguas blanco al sol, una papa que hace las delicias del más alto comensal. La amanita ponderosa en todo su esplendor. Rifas, ventas, "...que te lleves alguno, que me des unos pocos para la torilla, ¡que salga a buscarlo su marido!, ¡que estoy harto de patearme el monte pa que tú los regales ahora!, que asaos es como están mejor, que me hagas una torilla, que los congeles para el verano, que el domingo vamos a Badajoz que hay muchos, que lo que había en Badajoz eran muchos tíos buscando gurumelos,y pocos gurumelos...."
Toda una cultura esta la de los buscadores de setas.