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La historia comienza con una intriga elaborada y dinámica que rápidamente capta la atención de los espectadores, pero en su transcurso se va diluyendo como un azucarillo en el café. En la versión anterior (1951), una comisión extraterrestre llega a la Tierra para mostrar su desacuerdo con las pruebas nucleares que se están realizando en el planeta. La advertencia es clara. Si la Tierra no cesa en sus experimentos atómicos y espaciales, serán atacados por las fuerzas interplanetarias. En esta versión moderna, los alienígenas vienen a destruir a los humanos antes de que éstos destruyan el Planeta Tierra. Aunque los efectos especiales son de envergadura, sobre todo en las escenas en las que se destruyen los edificios, la película no abandona por completo la estética de su primera versión y aparecen componentes del cine negro con el mensaje pacifista de la época.