Samuel Ortega pondrá en escena este sábado “La casa de Bernarda Alba”, obra dramática de Lorca que estará interpretada por un grupo de 11 mujeres aficionadas al teatro. La recaudación de la taquilla irá destinada a sufragar las arcas de la Hermandad de Penitencia.
Sábado 12 de enero
20:30 horas
Teatro Ruiz Tatay
Este sábado 12 de enero las tablas del Teatro Ruiz Tatay acogerán la obra lorquiana por excelencia; “La Casa de Bernarda Alba”. Samuel Ortega, como director de la representación, ha trabajado desde hace varios meses con un grupo de zalameñas para que la puesta en escena tenga el cariz que desprende esta dramática historia. El tema de las apariencias y la realidad es muy notorio a lo largo de toda la obra ya que Bernarda trata de tapar a toda costa la realidad para guardar las apariencias, es una persona para la cual todo fin justifica los medios.
En el primer acto tras el funeral del padre le dice a Magdalena que no llore, que si quiere lloras que se meta debajo de la cama, porque qué dirán en el pueblo si ven a Magdalena llorando. También se aprecia cómo quiere guardar las apariencias cuando la Poncia saca a su madre a paseo porque ya no podía tenerla por más tiempo encerrada, que Bernarda le da la orden de que no la acerque al pozo porque las vecinas podrían verla y serían la comidilla del pueblo ya que su madre estaba loca.
A lo largo del primer acto se pueden seguir observando cómo sucesivamente da diferentes órdenes a sus hijas para que éstas no puedan ser criticadas y no se pueda hablar de ellas en el pueblo, para Bernarda en todo momento guardar las apariencias es más importante que nada en el mundo.
Prohíbe a sus hijas terminantemente que salgan a la calle que se vean con hombres, y que vistan con colores llamativos, por ello cuando Adela le da el abanico con flores rojas y verdes que simbolizan el erotismo le llama la atención y le dice que no respeta el luto de su padre, a ésta le da igual.
Para concluir con los ejemplos el más notorio es cuando Bernarda se entera que Adela se estaba viendo a escondidas con Pepe el Romano el futuro marido de Angustias y que se había acostado con él y que ésta estaba embarazada; tras el suicidio de Adela. Bernarda decide ocultar la realidad, para el pueblo Adela ha muerto virgen y tampoco se ha suicidado.
Tras esta lista de ejemplos podemos deducir que para aquella mujer guardar la apariencias ante el pueblo para evitar el qué dirán, evitar ser criticada y calumniada, ya que debía ser la más limpia, la más aseada, la más decente, la más alta como dice la Poncia en el acto primero, era mucho más importante que aceptar la realidad y admitir que se ha equivocado.
En definitiva para la gente de aquella época era algo esencial guardar las apariencias aunque ello significara evitar totalmente la realidad y provocar la infelicidad, o la búsqueda de soluciones definitivas para problemas temporales, en definitiva y en este caso en particular perjudicar a tus hijas e impedirles realizar sus sueños para quedar como la familia perfecta y no poder ser criticados delante de los demás.