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Es una delicia poder verlos bailar, siempre agarrados pero no como cualquiera pareja que baila un pasodoble, ellos derrochan elegancia, saber estar, concordancia, ritmo y compenetración en sus movimientos hasta tal punto que parecen una sola persona.
Todos pensaríamos que al estar tantos años en Bélgica junto a su marido trabajando, se apuntarían a clases de baile o algo parecido y todo lo contrario, al preguntar a Dulce nos comenta que baila desde los 12 años, la ha gustado desde siempre y que Machín, ni más ni menos, el gran cantante de boleros la vio bailar en Sevilla, le gustó y la enseñó todo lo que sabe del maravilloso mundo del baile.
Más tarde conoció a su marido Venancio y con el que lleva casada 54 años al cual enseñó a bailar y el que desde entonces es su gran pareja de baile.
Bélgica, Bruselas, Alemania, Holanda son lugares donde han bailado, demostrando la armonía en sus movimientos y la grandeza de estos dos bailarines.
Con gran honor y cariño Dulce se volvió para contarme que tienen en el salón de su casa la copa que recibieron en la Feria Zalamea en el año 85 por ser la mejor pareja de baile.